(Algunos docentes y futuros docentes cuentan sus vivencias en relación con la lectura. Este material se elaboró en el Curso Taller de reflexión sobre la Literatura Infantil y Juvenil "Ensanchando Fronteras", a cargo de las Profesoras Gabriela Monzón y Susana Ciarrocca, en la ciudad de María Grande, Entre Ríos, 2001)
- "Yo provengo de una familia que, si bien no tuvo acceso a estudios secundarios (mi papá hizo hasta segundo grado porque era del campo y lo necesitaban para el trabajo), leía lo que le caía en las manos, sobre todo mi papá. Pero en mi casa no había libros de aventuras o cosas interesantes para poder atraparme a esa edad (siete años). Hasta que un día, mi abuela me regaló un libro (me pareció un regalo muuuuy feo)... ‘Tres niñas y un secreto’. Anduvo dando vueltas por la casa hasta que, por aburrimiento lo abrí. Con la tapa de ese libro abrí la puerta a un interior mío que descubrí amplio, hermoso... Era la capacidad de crear mundos, personajes... No fui todo lo lectora que quise ser por falta de acceso a libros, pero con los años fui metiéndome en la novela, la poesía... Y hoy siento que el mejor regalo que me pueden hacer es un libro y el tiempo para ¡DISFRUTARLO!"
Norma Noemí Valdemarín
- "Desde chico, los libros de cuento me atrapaban. Leía todo lo que se me cruzaba por delante. Luego en la adolescencia ese gusto disminuyó, quizá por la falta de materiales literarios en mi casa o por no ser esos de mi agrado. Recuerdo que me atrapaban los libros de terror, de suspenso, pero ninguno me marcó. Ahora de adulto trato de zambullirme nuevamente en ese fascinante mundo"
Marcelo Franco
- "Creo que mis primeros contactos con la lectura fueron alrededor de los siete u ocho años, primero fue a través de historias y luego ya sí a partir de libros tales como: 20.000 leguas de viaje submarino o El Tigre de la Malasia. Personalmente, creo que los libros para mí fueron muy importantes, porque me ayudaron y me acompañaron haciendo más fácil y llevadera una parte muy dolorosa de mi vida, como lo fue superar la muerte de mi madre y encontrarme a los once años siendo la mamá de cinco hermanos pequeños. Pero... voy a rectificar, no me ayudaron, me siguen ayudando aún, pues siguen siendo para mí el puerto seguro al que recurro tanto en los momentos felices como en los dolorosos."
Norma Romero
- "Desde pequeña me gustó leer. En mi casa hay una gran biblioteca, la cual mi padre con sus ahorros fue llenando con libros de diferentes clases. Los que más me gustaban eran los cuentos tradicionales como La cenicienta o El patito feo. Me gustaba sentirme identificada con alguno de ellos. Mis lugares de lectura eran variados, el más visitado era un gran árbol, en el cual me escondía entre sus ramas para no ser interrumpida. Influyeron también en mis lecturas, mis amigas con quienes intercambiábamos novelas. En especial estoy muy agradecida a mi padre, a quien le debo esta costumbre de leer, de la cual nunca me voy a arrepentir"
Mónica Ritcher
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