viernes, 30 de abril de 2010
jueves, 29 de abril de 2010
Mis lectores se sumergen en la magia de los libros
Iniciamos el Club de Lectores con mis alumnos de 5to. 5ta. división de la Escuela Normal Superior "José María Torres" de Paraná y sucedió algo maravilloso... los libros los atraparon, los conquistaron, los sedujeron...
La magia de la lectura actuó por si sola...
lunes, 12 de abril de 2010
Dos buenas y una mala... Vampiros de Morganville 7 y Túneles 2 y 3
Vampiros de Morganville 7: Fade out, de Rachel
Caine
Del mismo modo
que en los
libros anteriores de la saga la autora nos atrapa sin remedio ni bien
llevamos leída media página, puesto que sin mediar transición nos vemos
zambullidos de cabeza en las andanzas de la pequeña Claire, atrapada en una
serie de fidelidades que nunca son lo que parecen, puesto que -por si no nos
quedó claro aún- en este tomo de la saga volvemos a corroborar que los vampiros
son seres engañosos, insondables y poco predecibles.
El reencuentro
del lector con Eve, Michael y Shane es entrañable, y como siempre ellos harán
de contrapunto a las complicaciones que debe arrostrar la chiquilina del grupo.
En este tomo
de la serie se concretará el enfrentamiento definitivo de Claire, la eficaz
ayudante de Mirnyn, con Ada, la máquina superinteligente y medio vampiro que
controla la tecnología de Morganville y a quien él dio vida; pero a su vez la
chica deberá resolver los celos que le provoca la aparición de una ex amiga de
Shane, quien parece decidida a pasarla por encima para (re)conquistar a su
novio como si ella no existiera, además de poner en peligro su amistad con
nuestra querida y exótica Eve.
Pobre, Claire,
no gana para sustos, y nosotros gozamos y sufrimos con ella.
100% aventura,
intriga, misterio, acción, crimen, romance, todos los ingredientes a los que ya
nos ha acostumbrado Rachel Caine. Una trama equilibrada, bien contada, sin
altibajos, ni elementos excesivos que hagan al lector desistir del deseo de
leer una buenísima historia. En mi opinión, es quizá una de las mejores sagas
vampíricas juveniles, que más allá del romance brindan innumerables otros elementos
que la hacen atractiva y apasionante.
Túneles 2 y 3: Profundidades y Caída Libre, de Rodderick
Gordon y Brian Williams
Hace mucho tiempo –demasiado casi– que
leí Túneles, la primera parte de esta serie que empezó como trilogía y parece
que va a seguir extendiéndose. En aquel momento me resultó una sorpresa
agradable incursionar en una trama diferente al género fantástico juvenil que
venía leyendo casi ininterrumpidamente; porque en verdad consideré que la
historia caía en el terreno de la vieja y entrañable ciencia-ficción del siglo
XIX, en un estilo muy similar al de Julio Verne, lo que resultaba refrescante,
renovador e interesante.
Leídos los dos tomos siguientes de
la serie con intermitencias, pausas y reinicios, debo hacer una diferenciación
más que notable entre la lectura un tanto maravillada de Túneles,
y lo que fue adentrarme en Profundidades y Caída Libre, puesto que
el segundo de los tomos de esta aventura puso en peligro la continuidad de mi
lectura en un modo bastante ostensible.
En la segunda de las aventuras, la
intriga se estira y estira sin resolución, aburriendo y cansando hasta el hastío
sin dar pistas de para dónde irá a desembocar la cosa, reiterando durante páginas
y páginas hechos de una similitud extenuante y una agobiante falta de dirección.
No basta con el encuentro de Will con su hermano Cal, con el que debe cargar
pues se coló en su viaje, sino que a eso se suman: los desencuentros con su
amigo Chester, la trama que involucra a las gemelas, la incorporación de la
madre “real” del chico: Sarah Jerome, la persecución y los planes stix, ¡un gran collage!, lo que por
momentos incluso hasta le resta verosimilitud a la historia.
Creo que sólo a fuerza de voluntad y
tenacidad logré llegar a las últimas páginas del segundo tomo, puesto que la intriga
decayó a tal punto de que por varios meses abandoné el libro, y sólo impulsada
por la aparición de Caída Libre lo retomé para no quedarme en el limbo sin saber qué
terminaría sucediendo a los personajes que en Túneles había llegado a
apreciar. Sólo en las últimas páginas la sucesión de hechos aceleran la
historia y le dan una vuelta de tuerca interesante e inesperada que logra que
el lector se decida a embarcarse en Caída Libre.
Casi podría usarse una metáfora,
pues los personajes en Profundidades atraviesan un gran páramo,
y este se vuelve un terreno monótono y rutinario, como la historia que relata
sus pasos. Mientras que en el momento en que caen por el borde de una sima
desconocida es cuando se reinician la acción y las sorpresas sin fin.
Caída libre es apasionante, los protagonistas
se ven sometidos a innumerables encontronazos con lo desconocido y realizan
hallazgos increíbles, se van definiendo por fin situaciones con algunos
personajes que venían arrastrándose a lo largo de la trama y se van perfilando
de modo más claro las identidades que más de una vez fueron ambiguas e
irresolutas.
Cabe esperar, entonces, a ver qué
nos depara el siguiente episodio de una historia compleja, interesante y un
tanto extraña, quizá por los altibajos que en el segundo libro ponen en peligro
la constancia del lector.
lunes, 5 de abril de 2010
Afiche del film "La bestia"/"Beastly", (seguimos abriendo el apetito)
Sigo diciendo que la joven actriz no me termina de convencer para el papel de Lindy, pero el chico fue una brillante elección para Kyle
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