domingo, 28 de diciembre de 2008

Los libros que en el 2008 me apasionaron

Libros Que Me Apasionaron
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Elegí una serie de títulos como los más apasionantes de mis lecturas 2008, pero debo hacer una aclaración, pues aunque me fijé como tope la docena (pues consideré que de lo contrario seguiría enumerando infinitamente sin poder detenerme), hice trampa y esta vez no respeté la cantidad que limitó mi selección de 2007.

Sin duda creí necesario empezar por la Literatura Juvenil Fantástica, que es el género que se me ha vuelto vital y al que sigo desaforadamente, pues esta pasión ingobernable me lleva a rastrear títulos como una voraz cazadora y a atrapar historias que (me) seduzcan y enamoren; por lo tanto va el número mágico de trece de este género entre las que incluí tanto trilogías enteras (Memorias de Idhún y Los guardianes del tiempo) como en dos casos sólo el primer libro (Sabriel y El tributo de la Corte Oscura).

Por otro lado, debo incluir dos novelitas que pertenecen a la LJ pero se ubican en el género realista.

En último lugar, como este año también incursioné con asiduidad en la literatura “para adultos”, no puedo evitar mencionar qué libros seguí sin respirar hasta la última página. Robándoles una expresión a mis amigas de Juvenil Romántica cuando presentan el título “no JR” de la semana, yo podría decir que apunto aquí mis libros “no LJ” del año, los cuales (¡vaya novedad!) se mantienen en el plano de la literatura fantástica, excepto uno.

Aunque he reiterado en más de una ocasión en este blog que la lectura se vincula con cuestiones estrictamente personales y detesto los elitismos, la segregación y las comparaciones de abolengo prosapia o blasones entre los libros que leo/convido a leer; vuelvo a expresar que la variedad y origen muy diverso suele ser una especie de requisito pues a ningún libro le cierro la puerta hasta que lo leo. Y eso se verá sin duda en estas listas. Hallarán que varios de estos títulos ya han sido reseñados por mí (*) y de otros debo aún el comentario que intentaré presentarles a la brevedad; en cuanto a los títulos para “grandes”, si bien ya he dedicado una entrada a El cuento número 13 de Diane Setterfield, no he efectuado ningún artículo sobre las maravillosas novelas y relatos histórico-fantásticos de la argentina (cordobesa) Cristina Bajo, así como -en el extremo opuesto en cuanto a lo genérico- las series de romance/acción policial fantástico/vampírico para adultos que constituyen las novelas de Harris y Ward.

¿Por qué elegirlos? ¿Por qué recomendarlos? ¿Por qué releerlos?

Para responder estas preguntas tomo prestadas palabras de la entrañable y extraordinaria novela Corazón de tinta de Cornelia Funke (recién leída por mí):

“[…] llevaba en cada viaje sus libros también por otro motivo. Eran su hogar cuando estaba fuera de casa: voces familiares, amigos que nunca se peleaban con ella, amigos inteligentes, poderosos, audaces, experimentados, grandes viajeros curtidos en mil aventuras. Sus libros la alegraban cuando estaba triste y disipaban su aburrimiento […]”

El mundo era terrible, cruel, despiadado, ominoso como un mal sueño. No era un buen lugar para vivir. Los libros eran el único sitio en el que había hallado compasión, consuelo, felicidad... y amor. Los libros amaban a todo aquel que los abría, dispensaban recogimiento y amistad sin exigir nada a cambio, nunca se marchaban, nunca, aunque los tratasen mal. Amor, verdad, belleza, sabiduría y consuelo ante la muerte.”

“¿Hay algo más hermoso en el mundo que las letras? Símbolos mágicos, voces de muertos, sillares de mundos maravillosos mejores que éstos, que dispensan consuelo, disipan la soledad, guardan los secretos, proclaman la verdad...”

LJF: Literatura Juvenil Fantástica

(*) Amanecer, de Stephenie Meyer

(*) Encanto fatal, de Melissa Marr

Corazón de tinta, de Cornelia Funke

(*) Los guardianes del tiempo, la trilogía: Los elegidos, La oscuridad, La llave, de Marianne Curley

(*) Memorias de Idhún, la trilogía: La resistencia, La tríada, Panteón, de Laura Gallego García

El tributo de la corte oscura, de Holly Black

(*) Medianoche, de Claudia Gray

(*) James Potter y la encrucijada de los mayores, de George Norman Lippert

Trilogía Abhorsen: Sabriel, de Garth Nix

LJR: Literatura Juvenil Realista

(*) Paloma son tus ojos, Eduardo Dayán

Como bola de nieve, de Joyce Carol Oates.

Libros no LJ: para adultos

Como vivido cien veces, de Cristina Bajo.

En tiempos de Laura Osorio, de Cristina Bajo.

El jardín de los venenos, de Cristina Bajo.

Tú que te escondes, de Cristina Bajo.

(*) El cuento número trece, de Diane Setterfield.

Serie Sookie Stackhouse (siete títulos), de Charlaine Harris.

Serie La hermandad de la daga negra (seis títulos), de J. R. Ward.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Marianne Curley. Los Guardianes del tiempo, I: Los elegidos, II: La oscuridad, III: La llave.

Empecé a escribir esta reseña hace meses ni bien hube terminado de leer esta trilogía de la australiana Marianne Curley, y luego la vorágine del 2008 me atrapó al punto que no pude regresar a ella. Pero lo prometido es deuda…

De esta autora ya he comentado El Círculo de fuego, que mereció una muy buena opinión de mi parte, y puedo sostener sin equivocarme que la presente saga no me ha desilusionado en lo más mínimo.

Mis jóvenes amigas de Juvenil Romántica y de Literatura Juvenil Fantástica la mencionan en el puesto N° 1 de recomendados, por lo que no puede menos que sumergirme en ella, puesto que mis aventuras en el territorio siempre sorprendente de los libros juveniles se me han vuelto vitales, al punto de terminar un libro e inmediatamente tomar otro.

Así las cosas, debo confesar que cada novela que abro es un universo único que me deja una huella indeleble y que por más que quienes propugnan la severidad de la literatura de elite defenestren a los lectores voraces, ansiosos, apasionados y viciosos (como yo), me enorgullece serlo, renunciando feliz a las teorías abstractas y pretenciosas de un cúmulo de academiquillos cerrados…

¡Ay! ¿Cómo vine a parar acá? Sí, Marianne Curley y Los Guardianes del tiempo… ahhhh, ¡me encantó!

La trama es apasionante, sorprendente y atractiva. Una mezcla de amor y amistad, fidelidades y traiciones, celos y envidia, deseos y rencores entrelaza la vida de un grupo de jóvenes y adultos que viven en un pueblo aparentemente insignificante, que se halla asentado en realidad sobre una milenaria ciudad oculta que alberga misterios alucinantes y poderes incalculables, pero a su vez en su cercanía se encuentra la puerta de entrada a mundos paralelos que deben funcionar en armonía para seguir existiendo. “La mala de turno” es una diosa (en realidad una inmortal) que pretende hacerse con el poder absoluto por lo que utiliza a sus esbirros de la Orden del Caos intentando cambiar la historia pasada para favorecer sus planes presentes. Los Guardianes serán los paladines de “los buenos” que cumplirán la profecía luchando contra los enemigos que sin saberlo pueden ser personas que conocen e incluso aman, pero deberán asumir el costo que corresponda si desean que el mundo siga existiendo como lo conocemos.

En la aventura que bordea el género de la ciencia ficción con su tecnología avanzadísima pero de funcionamiento inexplicable, la lucha hará que un grupo de adolescentes sean mucho más de lo que parecen, entre ellos: Ethan, Matt, su hermana Isabel, Rochelle, Neriah, Arkarian. A los que se unirán una serie de adultos comunes y corrientes (que por supuesto de comunes no tienen mucho), desde un quisquilloso profesor hasta el nuevo marido de una ama de casa de vida aparentemente trivial.

Súper recomendado, y como expresé en otro momento… si me hace llorar, vale la pena. Un final emocionante que no deja indiferente a nadie.

martes, 23 de diciembre de 2008

¡¡¡VACACIONES!!! Lecturas sin fin... y un pequeño balance

Mis queridos amigos que siguen fielmente el blog, por fin estoy "de regreso" con más tiempo, más ganas, menos cansancio, mucho para contar, pues... ¡¡EMPEZARON LAS VACACIONES!!

Si algo puedo decir de este año escolar es que fue más que complicado, más que ocupado, más que exigido, y también debo reconocerlo mal que me pese... más que desprolijo de mi parte, pues el exceso de trabajo, proyectos, emprendimientos me acaparó cada instante de la existencia, y no siempre pude cumplir con todo.

No llegué ni siquiera a la mitad de entradas del año 2007 (50 contra 117), no realicé encuestas, se cayó el foro, Casi docentes y Leer no es perjudicial -mis otros dos emprendimientos- también estuvieron parados, el nuevo blog Profe Crepúsculo es sólo un sueño ya que no tiene entradas aún... Y puedo seguir: no cerré el Proyecto escolar del libro con mis pichones de 8vo. el que quizá verá la luz en febrero, no publiqué textos escritos por los chicos de 1ro. 1ra de la Escuela Normal en Leer no es perjudicial ni del Profesorado en Casi docentes por lo que deberé subir durante el verano todo lo que acumulé, y para mi decepción escribí poco...

Aunque... quizá aprendí mucho y leí un montón, y eso, sumado a que entablé relación con gente maravillosa que anda seguido por acá redime el año: Arantxa y Aran; DaYla, Darkmoon y Cirial; Lore Cullen; Ainhoa; Ivonne, Kira, Sakura5; por supuesto Cris, y tantos otros que no quiero dejar afuera pero que mi memoria deteriorada a esta altura del 2008 no quiere recordar...

Estudiar la Diplomatura Lectura, Escritura y Educación de la FLACSO, asumir la coordinación del Departamento de Capacitación e Investigación del Profesorado del Instituto "María Grande", continuar con una cantidad exhorbitante de horas en Nivel Medio y Superior, concurrir a Congresos y Jornadas, además de llevar ponencias y de ir a dos recitales alucinantes e inolvidables (de mis dos bandas favoritas: Sonata Arctica y Within Temptation) fue mucho... satisfactorio, emocionante, apasionante, de locos, pero demasiado...

Pero esto tuvo algunos factores que lo hicieron posible, mis sostenes, mis puntales, mis motores: mi esposo Sergio, mis bebés actuales Garion y Hermione, mis dos bebés que se fueron Willow y Polgara (y me dejaron un huequito en el alma), ...mis libros.

Y debo decir que la literatura sigue siendo una y otra vez mi refugio, mi respaldo, mi consuelo, mi alegría, mi pasión...

Por eso, en estas vacaciones me propongo como prioridad seguir alimentando el vicio impune, les recomiendo hacer lo mismo, y para eso, le robo a Oliverio Girondo su poema y me lo apropio reescribiéndolo descaradamente, porque no hay nada en este mundo que se asemeje a la lectura...

Leer a lágrima viva

Leer a chorros.

Leer la digestión.

Leer el sueño.

Leer ante las puertas y los puertos.

Leer de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas,

las compuertas de la lectura.

Empaparnos el alma,

la camiseta.

Inundar las veredas y los paseos,

y salvarnos, a nado, de nuestra lectura.

Asistir a los cursos de antropología,

leyendo.

Festejar los cumpleaños familiares,

leyendo.

Atravesar el África,

leyendo.

Leer como un cacuy,

como un cocodrilo...

si es verdad

que los cacuyes y los cocodrilos

no dejan nunca de leer.

Leerlo todo,

pero leerlo bien.

Leerlo con la nariz,

con las rodillas.

Leerlo por el ombligo,

por la boca.

Leer de amor,

de hastío,

de alegría.

Leer improvisando,

de memoria.

¡Leer todo el insomnio y todo el día!

FOTOS:

-Mis bebés actuales: Herminone y Garion

-Mi incondicional: Sergio

-La bebé que nos dejó este año: Willow

-La viejita extraviada que pasó sus últimos días en casa: Polgara

-Mi biblio: el único tesoro terrenal que tengo.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Cuando la lectura es más que un simple deseo de leer: Mi viciada experiencia de 14 días

Preciosa colaboración de Cris, alumna y amiga, otra lectora voraz que contrajo la "fiebre Crepúsculo".

El calor se hace cada vez más insoportable. Son las 16:42 hora argentina zona Este. Mis ojos piden un descanso pero me niego a ello. Mi espalda está levemente contracturada. Hace muchas horas que me encuentro leyendo sin poder parar, pasando página tras página de la mejor historia que he leído en el último año. El monitor de la PC hace que mis ojos se cansen más de lo normal. Sólo un clic más y todo se habrá acabado. Un monosílabo de tres letras pone punto final al libro en formato digital que hace 3 días me tiene atrapada. Una pequeña y cálida lagrimita rueda por mi mejilla. Fin.

Sí, es sin lugar a dudas la mejor historia de los últimos tiempos. He leído completamente los cuatro libros de la saga Crepúsculo de Stephenie Meyer: Crepúsculo, Luna nueva, Eclipse y Amanecer, los primeros tres en libro y el cuarto en formato digital. Sólo han pasado 14 días desde que tuviera en mis manos Crepúsculo, pasara la primer página y me desplomara cómodamente en mi cama a leer en una tarde de lluvia. A partir de ese momento se me ha visto leer compulsivamente en diferentes lugares de la casa: mi cuarto, un sillón en el living, a la sombra de un árbol en el jardín, junto a la computadora… Hora tras hora sin detenerme, sin mirar el reloj, hasta que mi papá me dijera que ya dejara eso y apagara esa computadora. Tenía razón. No era la primera vez que me sorprendían las 2 de la madrugada en el mismo lugar. Pero la lectura es así de atrapante y capaz de hacerme sentir en 14 días las más diversas emociones: amor, tristeza, enojo, tranquilidad, desasosiego, miedo, expectación, alegría y todas las demás que no somos capaces de explicar.

Muchos se han preguntado qué tienen esos libros que no se puede parar de leer. Creo que a mi criterio lector la respuesta no es difícil aunque sumamente profunda. La saga Crepúsculo nos permite aventurarnos en el mundo de la fantasía y la realidad. Con una historia que transcurre en la actualidad y que a su vez se entremezcla con el siglo XVIII permitiendo poner en juego más cosas de las que nos imaginamos.

El estilo y la calidad con que Meyer crea sus personajes, narra sus historias y describe hechos de la vida cotidiana (como afrontar un cambio de colegio, por ejemplo) llega profundamente al interior de cada uno de sus lectores, tocando las fibras sensibles que más de una vez creíamos perdidas o dormidas, permitiéndonos imaginar, soñar y sentir junto a cada uno de los protagonistas. Pero por sobre todo, devolviéndole vida al perdido romanticismo y haciéndonos pensar que aún es posible encontrar historias similares en la vida real y personas que piensen así.

Contradígame alguna lectora que no haya terminado de leer alguno de los libros mencionados sin haberse encariñado con los personajes y deseado encontrar en algún lugar del mundo un Edward. ¿Por qué? Muy simple: la habilidad con que Meyer ha creado sus personajes termina por enamorar. Los modales y actitudes de los personajes coinciden con el ideal de la gran mayoría de las damas. El amor profundo, verdadero, dispuesto a todo, sin ninguna mancha de morbosidad, comprometido y cuyo único propósito es la felicidad del otro, nos golpea el corazón en cada libro haciéndonos llorar de emoción, deseando que en el mundo todavía queden personas así (y no me cabe dudas que las hay. Sólo es cuestión de abrir bien los ojos para poderlas descubrir.)

En un mundo dividido por el odio, las barreras sociales, raciales, plagado de individualismo y egoísmo, Meyer ha logrado rescatar y poner de manifiesto a través de una nueva mirada aquellos valores esenciales en la vida y que hacen nobles a las personas. ¿Será que es algo que no vemos todos los días? ¿Algo que se considera pasado de moda? Creo que por ahí se encamina el quid de la cuestión y el punto de partida de esa extraña fascinación. En fin, no pretendo ser moralista ni nada por el estilo pero era algo que me pregunté desde el comienzo al fin de la lectura de los 4 libros y escribirlo ha confirmado mis hipótesis.

¿Qué más decir a todo esto? Para los amantes de la buena literatura la saga Crepúsculo es imperdible. Puedo afirmarles que una vez que comiencen a leer no van a poder parar. A todos los que la hemos leído nos ha pasado.

Y una cosa más. Algunos se han dedicado a crear prejuicios en torno a dichos libros. Personalmente los tenía y por más que mi profe y amiga Gabriela me los recomendaba una y otra vez, no tenía el más mínimo interés en literatura de “ese” tipo hasta que mi hermana comenzó a leerlo y lo dejó sobre la mesa de luz de nuestra habitación. “Le voy a dar una miradita a ver de qué va…” me dije ese lluvioso martes por la tarde. Creo que no necesitan que les cuente qué pasó. Solo hay una palabra que lo describe todo: atrapada.

Si les sirve de consuelo así van a terminar: atrapados, fascinados, enamorados. Un buen combo para encontrarlo completo en un libro. Lo tiene todo: romanticismo, suspenso, aventura y ese vicio de no poder dejarlo…

¿Que si los recomiendo? Sin lugar a dudas. No se van a arrepentir de leerlos. El problema llega cuando ya no queda nada por leer. Como decimos por acá: seguiremos soñando ¡y esperando las pelis!

Bueno, esto se está haciendo demasiado largo. Levanto la mirada del monitor de mi computadora y miro hacia fuera, hacia la cálida tarde de noviembre que lentamente llega a su fin. Atardece. Los rayos del sol ya no son tan fuertes y producen un efecto en el cielo y el jardín capaz de dejar sin aliento a cualquiera. El crepúsculo de un día más…Igual que en la saga de Meyer me invita a dejarme llevar por los sueños y sentir. Me voy afuera a disfrutarlo, quizás Edward aparezca a la vuelta de la esquina…