sábado, 26 de julio de 2008

James Potter y la Encrucijada de los Mayores, de George Norman Lippert

Joanne: ¿Cómo hacer para consolar el vacío que se atrincheró en nuestras vidas cuando terminaste la saga? ¿Cómo resignarnos a la desaparición de unos personajes que fueron parte nuestra existencia durante diez años?

Sí, seguir leyendo una y otra vez tus libros, seguir internándonos en la infinita cantidad de historias que otros maravillosos autores crean…

Pero… No me había percatado de cuánto necesitaba y echaba de menos la magia de Harry Potter, hasta sumergirme en la lectura de James Potter y la Encrucijada de los Mayores. Entonces… volví a Hogwarts y me sentí en casa, acunada por los insultos de Peeves, zarandeada amorosamente por Grawp, vigilada por los severos retratos, recorriendo esos fríos y entrañables pasillos, lejos de la horrorosa y helada soledad de los dementores, lejos de la incredulidad muggle

Tampoco -debo ser sincera- hasta realizar el increíble descubrimiento de este libro, había prestado la más mínima atención a los llamados fan-fic (fan’s fiction), aunque debería reconocer que el mismo casi escapa a este acotado concepto, el cual generalmente reúne una heterogénea producción pseudo-literaria de muy diversa calidad, extensión y estilo.

Pero si una cosa he aprendido en mis andazas con las palabras es que, suele suceder con la buena literatura que da ganas de escribir, desencadena una reacción creativa en el lector que en ocasiones realmente vale la pena conocer. Y este es el caso de James Potter y la Encrucijada de los Mayores, que George Norman Lippert, un fanático norteamericano de las novelas de Rowling, creó con absoluta gratuidad y debería decir también con talento. Es así que sin fines de lucro y para pleno disfrute se puede descargar de la web la versión PDF o Word (hacer clik en el vínculo que manda a la excelente página http://lamagiacontinua.webcindario.com o a la web oficial de Lippert).

Respetando muy puntillosamente la creación de J.K. Rowling elaboró una secuela en la que narra las aventuras del pequeño James, el hijo mayor de Harry, en su primer año en Hogwarts. Si bien pueden criticársele algunas pequeñas libertades, muchas de estas reciben una explicación que encaja dentro de la lógica del mundo rowligniano. Al fin de cuentas en ese universo ya nada podría seguir siendo igual luego de los terribles acontecimientos que la misma autora narrara en los dos últimos tomos de la serie.

La trama es entretenidísima y apasionante; abundan esos aspectos a los que ya nos habíamos acostumbrado: el misterio, el humor, la ternura, las dudas, los temores y la necesidad de tomar decisiones que nos agobian a cualquier edad; los personajes nuevos son excelentes, y ni que decir que unos cuantos reencuentros me hicieron caer lágrimas… El transcurso de la lectura estuvo lleno para mí de una especie de culpable felicidad, y en más de una ocasión me reprochaba por estar disfrutándolo tanto, debía recordarme a mí misma todo el tiempo que esto no había sido credo por J.K.

Pero, no sean tontos como yo… disfrútenlo a pleno, creo que vale la pena.

Por lo pronto, yo espero seguir leyendo más, muy muy pronto, ya que el 1° de septiembre sale una segunda aventura: James Potter and the course of the gatekeeper.

Transcribo a continuación algunos fragmentos de la carta que el autor ofrece al final de la historia pues me pareció interesante, y quizá luego de todo esto haya alguien más con deseos fervientes de seguir subiéndose al expreso de Horgwarts…

“Apreciado Lector,

Muchísimas gracias por haberte tomado el tiempo suficiente como para leer este relato. Para mí es infinitamente sorprendente que lo que comenzó como un pequeño ejercicio de escritura para mí mismo, mi familia y algunos amigos, se haya convertido casi en un fenómeno mundial. La última vez que lo comprobé, más de un cuarto de millón de personas habían leído James Potter y La Encrucijada de los Mayores, y esa cifra aumenta cada día. En el último recuento, había seis traducciones en progreso, hechas espontáneamente por lectores. Me han dicho que esa cantidad de lectores es bastante inusual en el mundo de los fan fictions (un término del que ni siquiera tenía conocimiento cuando comencé esta historia), así que me siento honrado por su generosa atención.

Se dice que la persona más creativa es la que mejor esconde sus fuentes. Sin embargo, en el caso de esta historia, la fuente de inspiración es tan descaradamente evidente que pensé en mencionar algunas otras que contribuyeron a esta historia. Primero y principalmente, por supuesto, esta historia no existiría sin los mundos y personajes extraordinariamente elaborados por la señora J.K. Rowling. Conozco algunos lectores de esta historia que de hecho no han leído ninguno de los relatos originales de Harry Potter (al menos, mis padres) y les animo fervientemente a que lean esos libros en primer lugar. De todas formas, además de la señora Rowling, esta historia está profundamente influenciada por otros dos autores ingleses.

Los lectores de C.S. Lewis reconocerán gran parte del personaje y la historia general de Merlinus Ambrosius. En muchos sentidos, el Merlín de mi historia es una revisión del fascinante libro del Sr. Lewis, Esa Horrible Fortaleza que es el tercer libro de su Trilogía Cósmica. He leído que la señora Rowling encontró inspiración para sus historias en el clásico del Sr. Lewis, Las Crónicas de Narnia, de modo que creí procedente incorporar en JPEM elementos de otra de sus maravillosas historias.

Como ha sido señalado por miembros del foro oficial de JPEM, también encontré fuente de inspiración en las amenas historias de la Serie Mundodisco del señor Terry Pratchett. A él particularmente, tenemos que agradecerle el concepto general de la Tecnomancia (aunque él lo hace mucho mejor). También "tomé prestados", con todo respeto, algunos de los nombres de sus personajes. Para los amantes de la fantasía y el humor inteligente, me faltan las palabras para recomendar el sublime trabajo del señor Pratchett como se merece.

[…] ¿Habrá una continuación? […]

Reflexioné profundamente sobre este asunto […] pero la respuesta corta es sí, tengo planeado escribir una secuela, aunque no una serie completa de siete libros de James Potter. Hay muchos argumentos en contra de escribir una secuela, uno de los más importantes es que es bastante difícil encontrar el tiempo para escribir una novela que no puede, por designio, obtener ninguna compensación económica. Por ese motivo he decidido que mi próximo libro será una creación enteramente original, que publicaré, -si es posible y es merecedora de ello-, con fines lucrativos. Después de eso, me sumergiré de nuevo en el mundo de James, Zane, Ralph, Tabitha y el resto para un segundo libro de James Potter.”

Sobre el autor:

George Norman Lippert comenzó dibujando e escribiendo historias por diversión a los tres años (o al menos eso dice su madre) y solo recientemente ha descubierto que a alguna gente realmente le pagan por hacer esas cosas. A su esposa le gustaría mucho que algún día también le pagaran por escribir, al menos así podría arreglar su destartalada casa y evitar que la oficina de George caiga en uno de los grandes derrumbamientos de cavernas.

George tiene intención de continuar escribiendo historias por diversión de todos modos. Mientras su escritorio no esté bajo tierra.

George vive con su mujer y dos hijos en St. Louis. Missouri.

La Orden de la Academia Spence, de Libba Bray

Esta novela inicia una saga que ya tiene una continuación publicada -Ángeles rebeldes- y que ni bien lea comentaré. La historia, apasionante y llena de intriga, tiene un evidente parentesco con la novela gótica y con las novelas del siglo XIX como Jane Eyre e incluso La abadía de Northanger, por lo que como buena admiradora de Jane Austen y Charlotte Brönte, no pude menos que enamorarme de esta y devorar cada página.

Narra las andanzas de Gemma Doyle, una jovencita inglesa criada en la India, quien al morir su madre es enviada a un internado de señoritas, que es en realidad un castillo enclavado junto a un bosque, lugar donde acampan regularmente caravanas de gitanos, quienes sumados a los personajes hindúes proveen la nota exótica de las viejas novelas del Romanticismo.

En este lugar, Gemma entablará relación con otras adolescentes atrapadas en las terribles costumbres de la época victoriana, obsesionada por las apariencias y las buenas costumbres, en la que la pobreza es un estigma y contraer un buen matrimonio el fin último y único de toda buena hija. Las chicas, deseosas de romper con las normas absurdas y tiránicas que rigen sus vidas, inician una aventura alocada, sin saber que la magia y unos poderes incontrolables aguardan a un paso de ellas, y sin intuir que su descubrimiento y su uso tienen un precio muy alto.

Esta es otra novela que, si bien encuadra en el género juvenil fantástico, podrá ser leída por cualquier adulto que aprecie una buena trama y guarde una pizca de nostalgia por aquellos clásicos que tanto placer nos han dado.

Sobre la autora:

Libba Bray es autora de cinco obras de teatro y media, varios relatos y ensayos y muchas cosas que, según sus palabras, “nunca deberían ver la luz del día”. Ha trabajado de camarera, niñera así como de ayudante de edición y redactora publicitaria. Criada en Texas a base de una dieta constante de humor inglés, grupos de música underground, disfunciones suburbanas y televisión basura, consiguió escapar con sólo unos pocos peinados francamente alocados. Vive en Brooklyn, Nueva York, con su marido y su hijo. Ella dice, entre otras interesantísimas cosas de sí misma: Soy una de esas personas que tiene que escribir. “Si no escribo, me siento mal y deprimida e irritada. Y así todos se alegran cuando escribo y ya paro de quejarme.”

(fuente de estos datos: http://laordenspence.webs.com/laautoralibbabray.htm)

El Círculo de fuego, de Marianne Curley

Recomendada en la red por fans de las novelas de Stephenie Meyer, me llamó la atención y allá me embarqué en su lectura que me llevó la minucia de una tarde y una noche: no pude soltarla hasta que llegué al final porque me encantó.

Kate se siente instantáneamente atraída por Jarrod, ni bien este ingresa a su escuela. Pero no sólo le atrae su belleza, sino que descubre que tiene algo en común con ella: poderes paranormales. La chica tiene asumido -aunque totalmente oculto- el hecho de que ella es -como su abuela- una bruja, y por eso es que descubre que el muchacho que adora aunque tímido y torpe hasta la exasperación guarda en su interior un poder inconmensurable.

Estos elementos convierten a esta en una novela de magia, de misterio y también de amor, cuyas aventuras no sólo transcurren en este siglo sino además en la Edad Media a donde los personajes se verán trasladados sin remedio.

De vez en cuando, que las chicas sean las que llevan la voz cantante, las que eligen rescatar a su enamorado en apuros resulta divertido y saludable.

Como verán incluyo aquí la portada de la versión en inglés que me pareció bellísima y sugerente, pues la tapa en español es horrible, parece que el ilustrador no leyó el libro y no tenía idea del rostro de la protagonista.

Sobre la autora:

Marianne Curley

Nacida en Nueva Gales del Sur (Australia) en 1959, Marianne Curley vivió su infancia en una granja junto al río Hawkesbury y, más tarde, en Plumpton, en las cercanías de Sidney. Descubrió su amor a la lectura en la biblioteca escolar. Se casó con 21 años recién cumplidos con John Curley y se trasladó a un barrio de Sidney donde vive aún con su familia.

Su afición a la creación ha llegado al viejo continente europeo a través del éxito que sus libros han ido teniendo en Australia y en Estados Unidos. Y se han lanzado ediciones de sus obras con buena crítica en numerosos países europeos.

Faerie Wars 1: El portal de los elfos, de Herbie Brennan

Relato que inicia una saga juvenil de género fantástico de la que van publicados en español dos tomos, y cuya primera parte me resultó entretenida, interesante y jugada en algunos aspectos.

La novela cuenta la historia de un adolescente que ve cómo su familia se desbarata por la infidelidad de su madre, quien ha sido descubierta en un romance con la secretaria de su padre. Y he allí uno de los tabúes que habitualmente no suelen rondar los libros para jóvenes, pero que Brenan aborda con llaneza y calidad, sobre todo porque elabora la narración desde el punto de vista del joven Henry, quien debe lidiar con su propia confusión, la intransigencia de su hermanita, la tristeza de su padre y encima de todo el descubrimiento de que el mundo que conoce tiene algunas cosas que no son lo que parecen.

Así es que se entera que las historias de extraterrestres, de elfos y magia, quizá no sean exactamente delirios de locos. Esto le será revelado un tanto bruscamente con la aparición de un pequeño elfo que se transformará en un joven llamado Pyrgus a quien, junto con un viejo vecino cascarrabias y un poco imaginativo deberán devolver a su mundo. Universo mágico, que por otra parte recuerda bastante al de Artemis Fowl de Eoin Colfer, pues es en realidad un mundo con otras reglas y cuya tecnología quizá parezca magia a los humanos.

Divertido, atrapante, recomendable.

Sobre el autor:

Herbie Brennan (Banbridge, Irlanda del Norte, 1940) ha sido periodista y creativo publicitario antes de dedicarse exclusivamente a la literatura. Experto en física cuántica e investigación psíquica, ha escrito numerosos libros para niños y adultos. La serie que se inició con El portal de los elfos continúa en El emperador púrpura y El reino en peligro, libros que se transformaron en auténticos fenómenos de ventas.

domingo, 13 de julio de 2008

¡Hay vida después de las novelas de Stephenie Meyer!

Medianoche y Despertar son los títulos de dos novelas que inician sendas “nuevas” sagas de narrativa juvenil romántica de género fantástico; cuyas autoras son Claudia Gray y Lisa Jane Smith respectivamente, a las cuales edita en español Montena -la primera- y Destino –la segunda- (una pena que ninguna de dichas editoriales tenga buena distribución en Argentina)

No voy a cometer la injusticia de menospreciar sus características literarias -cegada por el amor incondicional que tengo por las novelas de Stephenie Meyer-, o negar el placer que me produjo su lectura, pero es innegable reconocer que todas pertenecen a un mismo estilo de historias pensadas para el mismo tipo de destinatario. El parentesco es obvio.

No obstante, sería tonto e injusto efectuar una comparación superficial y descalificadora, y además ignoraría cuestiones esenciales: Meyer no inventó el género fantástico, ni el romántico, y ni qué decir del género juvenil. Los vampiros bellos, casi perfectos y conflictuados con su naturaleza vienen rondando las letras desde hace siglos.

Lo que sin duda debemos reconocerle a Stephenie es que a partir de esos elementos preexistentes logró con maestría un cóctel original, interesante y apasionante. Asumo que soy una admiradora pertinaz de sus novelas y las difundo entre los jóvenes lectores, pues tienen una solidez, una coherencia, una calidez difícil de hallar en muchos libros para adolescentes.

Sin embargo, no se puede desconocer que, los autores podrán escribir en una misma época, o en tiempos diferentes, y en lugares cercanos o disímiles lo que su alma/lecturas/historia les dictan, pero las editoriales publican muy oportunamente (¿oportunistamente?) los libros en coyunturas que les resulten beneficiosas tratando de captar lectores que van conformando estándares de ventas. Puede que esté simplificando la cosa, pero no creo estar errándole mucho, cabe observar el alevoso parecido del arte gráfico de las tapas de las novelas de Meyer y las recién salidas.

Un acontecimiento similar se dio en relación con Harry Potter de J. K. Rowling y El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien que generaron -uno desde la literatura y otro desde la versión cinematográfica- un fenómeno masivo de ediciones de textos literarios que no habrían visto la luz en español, o que en otro momento no hubiesen estado al alcance de la mano ofrecidos por editoriales de extensa distribución, lo cual como he dicho en otro contexto ¡bienvenido sea!

Por otra parte, para esto estamos los lectores/mediadores: para dedicar nuestro tiempo y esfuerzo a investigar, a leer, a conocer y a separar la paja del trigo. Del mismo modo en que indagué en una enorme cantidad de literatura publicada luego del boom de J. K. Rowling, creo que es válido realizar el mismo trabajo ahora: ver qué literatura romántica juvenil con personajes adolescentes y sobrenaturales se publica y comentarla, recomendarla, darla a conocer, con apertura y ecuanimidad.

Debo confesar que más allá de mi pasión por la literatura juvenil fantástica, me declaro una “seguidora” del personaje del vampiro, y en mis andanzas lectoras he consumido voraz desde los clásicos de culto hasta creaciones más experimentales de la posmodernidad, pasando por una interesante lista de novelas románticas (cuando no eróticas) que retoman el mito vampírico; y como conclusión, no dejo de notar una y otra vez que es bien difícil -cada vez que se producen obras que recrean el mito- no entablar un diálogo -más o menos fluido, con más o menos talento- con todo lo escrito, tal y como más de un estudioso ha dicho ya cada texto se inserta en un continuum, en un devenir de palabras que remiten a otras palabras.

Aclaradas estas ideas que sostienen mi perspectiva general, me aboco, ahora sí, a las novelas presentadas.

Medianoche, de Claudia Gray

Medianoche es la primera parte de una serie de cuatro libros que ha comenzado a publicarse en España en mayo del 2008. Se prevé que la aparición de la segunda parte (cuyo título en inglés es Stargazer) se produzca en noviembre de este mismo año. En tanto que los tomos tres (Hourglass) y cuatro (sin título aún) saldrán a la venta en el 2009.

La historia de Medianoche se centra en una chica llamada Bianca Olivier que comienza a asistir a la Academia Medianoche. El primer día de clases conoce allí a un joven llamado Lucas, y a pesar de su extrema timidez se sentirá extrañamente atraída por él y sumamente cómoda en su compañía. Ellos inician una relación un tanto tormentosa que en realidad oculta la oposición entre el mundo de los vampiros y el de los humanos cazadores de estos.

Aunque en más de un lugar ya se ha dicho quién pertenece a cuál universo, creo que es una infidencia ya que la autora crea tan bien la trama, con sugerencias tan ambiguas y sutiles que es preferible leer ignorando este dato, lo que logra un impacto sencillamente genial.

No coincido con quienes dicen neciamente que se trata de una burda copia de los libros de Meyer, de ninguna manera. Lo que tienen en común es transversal a cualquier historia de vampiros, e incluso en ese terreno ambas innovan, pues renuevan el mito con cualidades propias: la luminosidad de la piel expuesta al sol de los vampiros de Meyer, así como la posibilidad de reproducirse y la necesidad de aprender sistemáticamente sobre el mundo actual en los de Gray, pues la imposibilidad de adaptación a épocas que no son la suya puede serles mortal, son como niños aún siendo centenarios.

Medianoche desorienta con éxito y sorprende, mantiene la intriga; su historia es original y su lectura resulta tan apasionante que no puede soltarse hasta llegar al final. Gray capta con habilidad la sensualidad, el romance y el despertar sexual adolescente sin transgredir lo políticamente correcto con igual maestría que Meyer, si bien es un poquitín más osada. Todo esto demuestra que Gray –como Meyer- no han olvidado cómo era enamorarse cuando se tenían 16 años, la frescura con que relatan da cabal cuenta de su comprensión actualizada del sentir de esa etapa, ni melancólico ni nostalgioso: real, profundo, rotundo, avasallante, tal y como ha sido para todos en algún momento.

Sobre la autora:

Claudia Gray es el seudónimo de Amy Vincent. Escritora estadounidense nacida en Nueva York en 1971. Ha trabajado como abogado, periodista, disjockey y camarera, una polifacética e intermitente carrera profesional que ha acabado desembocando en la literatura.

Despertar, libro I de las Crónicas Vampíricas, de L. J. Smith

Despertar inicia una saga llamada Crónicas Vampíricas que Smith publicara en los años ’90 lo cual es un interesante hecho a tener en cuenta, ya que la sitúa como precursora del género fantástico romántico para adolescentes en esta variante de lo vampírico, lo que recuerda el papel que le atribuí en mi análisis de sagas juveniles a las novelas que conforman una pentalogía escrita en los ‘70 por Susan Cooper. Y quizá en ese contexto quepa disculparle algunas debilidades.

La historia narra el ingreso de un nuevo y extrañamente atractivo alumno -Stefan Salvatore- a un instituto secundario al que asiste Elena, la típica joven bonita y popular, novia del jugador estrella del equipo de rugby. Como es de esperarse la chica emprende una desenfrenada persecución para conquistar al recién llegado que parece inmune a sus atractivos. Por supuesto que el lector inmediatamente le atribuye la identidad vampírica, dato que corrobora enseguida.

Smith recurre al clásico subterfugio de lo exótico: el muchacho vampiro es un noble italiano del Renacimiento, quien torturado y solitario, se ve condenado a vivir en las sombras y halla en Elena una doble perfecta de su amada perdida.

Quizá pueda achacársele a Smith que no profundice demasiado en la evolución del vínculo, que los personajes sean un tanto planos pues cuando podría ahondar en la psicología no lo hace, incluso que el relato por momentos sea un poquito cursi con una fraseología metafórica levemente rebuscada que abusa sin ninguna necesidad de los clichés clásicos del género romántico más liviano.

Sin embargo no es en absoluto descartable, pues entretiene, reservando algunas sorpresas en el transcurso, además de que posee un final totalmente sorprendente que deja en espera angustiosa de la segunda entrega

Sobre la autora:

Lisa Jane Smith, cuyas obras son una combinación de género de horror, ciencia ficción, fantasía y romance, obtuvo el reconocimiento del público con la serie Crónicas Vampíricas. Publicadas en los años 90 y convertido en referente de la literatura juvenil de terror, retoma el clásico tema de la lucha entre luz y sombra, de sus adorados C. S. Lewis y J. R. R. Tolkien.

Y es que, según palabras de la autora, "quería escribir libros como los de ellos, donde el Bien se enfrenta al Mal y gana. Quería ser Frodo, muerto de miedo en Mordor, consciente de que el Mal al que se enfrenta es mucho más fuerte y poderoso que él, y aun así es capaz de reunir el valor necesario para intentarlo y llegar a ser un héroe. Quería transmitir a los jóvenes que no deben renunciar a la esperanza".