sábado, 29 de septiembre de 2007

Harry Potter analizado por Ana María Shua

No puedo evitar tomarme el atrevimiento de transcribir a continuación este artículo aparecido en la Revista Monitor de la Educación N° 13, pues me pareció un análisis maravilloso del fenómeno Harry Potter que vengo siguiendo apasionadamente. El mismo consolida mi respeto y aprecio por Ana María Shua, a quien admiraba por sus ficciones y ahora también por su incursión en otro género.

Un análisis de la obra de J. K. Rowling

Harry Potter y el niño argentino

Por Ana María Shua

Por estos días, ante el estreno de Harry Potter y la Orden del Fénix, centenares de miles de niños y niñas verán en todo el país la película basada en la quinta novela de la saga del joven mago más famoso del mundo. Una reconocida escritora argentina analiza los valores literarios que hay detrás de ese exitoso fenómeno global.

Es difícil leer Harry Potter como se leería un libro cualquiera. No es un libro cualquiera. Su éxito internacional ha sido arrollador, descomunal. Su fama lo precede. Cuando llegamos al texto en sí, ya estamos cargados de información, de prejuicios y también, por qué no admitirlo, de envidia. Su "madre", Joanne Rowling, es una de las personas más ricas y famosas del mundo gracias al pequeño Harry. Cada uno de los libros de Harry Potter viene acompañado por un despliegue de publicidad, promoción y merchandising que tienen mucho más que ver con el marketing que con la literatura. Y que merece un análisis sociológico más que una crítica literaria.

Hay que despegarse, entonces, de esa carga, para poder entrar al texto como si nada supiéramos de él. Debo admitir que leer hace unos años el primer volumen de Harry Potter me produjo una gran felicidad y una pequeña tristeza: la de no poder ser chica otra vez para disfrutarlo todavía más. Además del éxito, le envidio a su genial autora el talento, la comodidad con que maneja el suspenso, la firme tradición anglosajona de novela que la respalda, la libertad y la promoción.

Pero pongamos las cosas en su lugar: la promoción hay que ganársela. Mucha gente tiene la fantasía de que Harry Potter, como otros best-sellers, son éxitos "inventados". Que se construyen con una cierta receta y varias toneladas de publicidad. Si esto fuera cierto, tendríamos una nueva Rowling todos los años: qué más quisieran las editoriales que "inventar" autores capaces de producir ventas extraordinarias.

La verdad es que Rowling empezó como todo el mundo, buscando casa para su primer libro y recibiendo rechazos y negativas, hasta que encontró una editorial dispuesta a publicarla. La novela, que no había ganado ningún premio, se lanzó con la promoción común y corriente que recibe un autor novel. El resto lo hizo el público. Contra lo que supone la mayoría, no es la promoción lo que hace un éxito, sino el éxito lo que desencadena la promoción. Cuando un autor empieza a valer mucho, tiene sentido para la editorial invertir todavía más para defender lo que está en juego. El dinero va donde el dinero está.

Con respecto a la libertad, el mercado editorial argentino todavía tiene mucho que aprender en cuanto a lo que se puede y no se puede en materia de literatura infantil. Los autores argentinos estamos encorsetados por las buenas intenciones de la censura, que empieza siempre por ser autocensura. Mucho más de lo que parece a primera vista, tanto que a los autores de mi edad ya ni siquiera se nos ocurren ciertas ideas, no nos permitimos ni pensarlas porque estamos automáticamente condicionados a rechazarlas antes de que se filtren.

Por ejemplo, en nuestros libros no puede haber adultos odiosos, que maltraten a los chicos y que no se rediman de ningún modo: gente sencillamente mala, estúpida o incompetente, como los parientes de Harry Potter o algunos de sus profesores. Los grandes deben ser siempre bondadosos o al menos tener buenas intenciones: en el peor de los casos, nada que no se pueda arreglar con una psicoterapia. Es fundamental que los protagonistas tengan buenos sentimientos aun con respecto a sus enemigos. Por más supuestamente realista que sean nuestros textos, ninguno de nuestros personajes puede hablar con el vocabulario que usan hoy en la realidad los chicos argentinos.

La literatura infantil argentina tiene una amiga maravillosa: la escuela. Y un terrible enemigo: la escuela. Gracias a que el libro infantil entró en la escuela, la literatura para chicos está viviendo en el país un florecimiento como el que no tuvo nunca en la historia. Constantemente aparecen nuevos autores, nuevas editoriales y colecciones, nuevos textos. Pero entonces, las editoriales quieren estar seguras de que los libros van a ser aceptados por los docentes, que se convierten así en el primer y principal público de los autores infantiles. Ya no se concibe la lectura infantil fuera del ámbito escolar. Atención: la escuela argentina cambió mucho en los últimos años. Se renovó, amplió sus expectativas, se volvió mucho más inteligente y permisiva. En fin, la escuela deja un espacio bastante amplio para que pase la literatura infantil pero, como es lógico, pone sus límites. Y después las editoriales reducen un poco ese espacio, para asegurarse de que el libro realmente va a pasar. En ese contexto, celebro la aparición de Harry Potter, que vino en buena hora para recordar a los padres, maestros, escritores y editoriales que existen chicos que leen por placer. Que leen aunque no los obliguen. Que quieren comprar un libro aunque no se lo pidan en la escuela. Increíble pero cierto.

Por otra parte, es notable y positiva la capacidad de la escuela para aprovechar y absorber aquello que despierta el interés de los chicos. Todos hemos visto libros de Harry Potter en inglés en la lista de best-sellers. ¿Tanto inglés saben los chicos argentinos que no se molestan en esperar la traducción? No: es que todas las escuelas bilingües han incorporado a Harry a sus programas.

Hablemos de la tradición de novela anglosajona. Desde ese punto de vista, Harry Potter es una historia de aventuras en serie, muy clásica en su desarrollo, con una técnica impecable. Tiene misterio, magia y suspenso. Y un gran conocimiento del mundo de los chicos de hoy. En los extremos, tiene buenos y malos netos, como los de antes. En el medio, tiene seres humanos confusos e impredecibles como los reales. No ha aportado ninguna revelación en el arte de contar historias, no es experimental, no juega con el lenguaje, no es de vanguardia. Tiene la estructura clásica de la novela que suele llamarse "del siglo XIX" pero que en realidad aparece ya perfectamente delimitada por Defoe un siglo antes. Quienes consideran un pecado atenerse a esa tradición, se indignarán. Como no tengo ningún prejuicio contra el clasicismo, Harry Potter me parece una serie perfecta y encantadora. Me recuerda al Príncipe Valiente, a Tarzán, a Bomba, el niño de la selva. O, por qué no, a las muy clásicas novelas de Stephen King.

Harry Potter, bienvenido seas.

Fuente del texto: http://www.me.gov.ar/monitor/nro13/medios.htm Fuente de la imagen de la autora: http://weblogs.clarin.com/educacion/archives/2007/01/ana_maria_shua_por_que_los_chicos_no_leen.html

domingo, 23 de septiembre de 2007

Mini-reseñas: mis lecturas recientes

Tengo una lista tan extensa de libros leídos recientemente que deseo comentar, que opté por tomar prestado un formato de lo que di en llamar “mini-reseñas”, el cual hallé bajo el título “Cosas que leí” en el blog Repaso de lengua de Antonio (Casteló, España).

Debo reconocer que mis andanzas lectoras siguen aferradas apasionadamente a la literatura juvenil y que continúan ligadas vorazmente al género fantástico, en el cual encuentro a cada paso nuevos títulos que se editan en español dentro del fenómeno editorial posterior al boomde las novelas de Rowling que analizara en mi trabajo de postítulo (“¡Alohomora!... O de las puertas que abrió Rowling”).

Este material no es muy sencillo de conseguir en las librerías del interior de la República Argentina, no es precisamente económico (ninguno es “de bolsillo”, varios títulos son tapa dura, y oscilan entre los $35.- y $60.-), sólo accedí a ellos cuando efectué el viaje a Buenos Aires a la Feria del Libro Infantil y Juvenil. Sin embargo sólo uno de los títulos se hallaba en la exposición, el resto es asequible en las grandes librerías porteñas. Aún así… vale la pena.

La conspiración del Merlín, de Diana Wynne Jones, Roca Juvenil.

Con reminiscencias de los mundos paralelos de la trilogía La materia oscura de Philip Pullman, esta novela narra las complicadas y divertidas aventuras de unos adolescentes (Roddy, Grundo y Nick Mallory) que se las ven bastante peliagudas para salvar el equilibrio de todos los universos. Tarea que sólo ellos pueden realizar ya que no han caído bajo un hechizo general que oculta la terrible conspiración que corroe el centro del poder de Blest. Allí parece estar involucrado el mago más poderoso que ocupa el cargo del Merlín.

Entretenimiento garantizado con esta historia por momentos extravagante e insólita.

Las mágicas aventuras de Coriandro, Sally Gardner, Roca Juvenil.

Una novela que transcurre en el conflictivo Londres del siglo XVII. Tierna, apasionante y escrita de manera maravillosa, esta historia narra las desventuras de una chiquilla que es la intersección del mundo humano y el de las hadas. La persecución, el fanatismo religioso, la ignorancia y la codicia, en lucha con la imaginación, el amor, la igualdad y la libertad del arte. Una joya, imperdible y bellísima, con madrastra malvada y príncipe incluidos.

El último elfo, Silvana De Mari, Grupo Editorial Norma.

Tan hermosa y tierna como la historia de Coriandro, esta novela me emocionó y no me permitió dejarla hasta llegar a la última página. Un niñito elfo -el último de su especie- al borde de la desesperación y la muerte es hallado por dos humanos que se compadecen de él. A lo que se suma el último quisquilloso dragón, y más tarde, un grupo de niños explotados por adultos estúpidos y codiciosos, y un encuentro que estaba profetizado y cambiaría la historia de muchas personas.

El jinete del dragón, Cornelia Funke, Siruela.

No hay mucho que pueda agregar a lo que ya he dicho sobre la escritura de Cornelia Funke, pero aún así me sigue asombrando y encantando. En este caso, un surtido de personajes fantásticos -a los que se suma un niño humano huérfano- emprenden la búsqueda de la Orilla del cielo, el sitio fabuloso en el que podrían refugiarse los dragones acosados por el avance del hombre. Una duende malhumorada, un dragón joven y valiente, un homúnculo, una serpiente marina, cuervos encantados y muchos más rondarán estas páginas inolvidables para todos los lectores que creen en la magia.

Laura y el secreto de Aventerra, Peter Freund, Umbriel.

No es posible negar las deudas que el autor ha contraído, por lo tanto en las primeras páginas despeja dudas. Laura es una niña huérfana que con su hermano Lukas asiste a un internado que es un misterioso castillo, el cual tiene una fabulosa biblioteca, estatuas y cuadros cuyos protagonistas no están tan quietos como es de esperarse, una cripta, y por si fuera poco un lago con una inaccesible isla en el centro. Claro, por si sospechamos los vínculos, nos enteramos enseguida que ella es fanática de Harry Potter (recibe el último libro como regalo de cumpleaños) y apasionada de las películas de El Señor de los anillos (decora su cuarto con el póster de Frodo/Elijah Wood), lo cual no deja de ser accesorio a la hora de convertirse en “guardiana de la luz” que debe salvar tanto su mundo como el universo fantástico de Aventerra, secundada por Lukas y su pelirroja amiga Kaja.

Por momentos amena, de a ratos un tanto lenta y aburrida, la novela alterna la búsqueda de Laura y las desgracias del mundo de Aventerra, quizá el defecto principal está n la prosa un tanto cargada de Freund que se pone una pizca empalagosa.

Hoordyn. A la conquista del reino mágico, Diego Navarro, Editorial Guadal.

Este libro fue un insólito descubrimiento en el marco de la Feria del Libro en el stand de la editorial, único de este tipo en la misma. Y me alegro de haberlo hallado, aunque me intriga la ausencia notoria de datos acerca del escritor de quien ignoro absolutamente su origen.

La novela me trae resonancias de cada libro de aventuras de género épico-fantástico que he devorado en mi vida, empezando por Tolkien y siguiendo por todos los que le siguieron: Guy Gabriel Kay, David Eddings, Stephen Lawhead, Louise Cooper, Margaret Weis, Tracy Hickman, Richard Knaak, y tantos otros.

Me encantó, me entretuvo y no me defraudó. Tiene intriga, magia, batallas y personajes de todo tipo: jóvenes héroes a la fuerza, enanos corajudos y malhumorados, la bella criatura que oculta un lado monstruoso, y mucho más.

Gabriela Monzón

sábado, 15 de septiembre de 2007

Folletos de Promoción de libros - Parte 2

Más creaciones de mis alumnos, y aún con una imagen bastante pobre que no permite disfrutar de sus textos, al menos da idea de sus logros creativos...
Gabriela

¡Estamos en la Revista Monitor N°12!

Los docentes de cada escuela República Argentina a la que llega la Revista Monitor de la Educación, del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, se han enterado a través del Correo de Lectores del N° 12, de la existencia de ¡Piezas de a ocho!.

Hace un buen tiempo ya, había enviado una gacetilla sobre el blog, sin embargo en la actualidad había perdido la esperanza de que esta se publicara. ¡Bienvenida sea!, y bienvenidas también las visitas, sugerencias, comentarios y colaboraciones de todos los docentes de mi país que trabajan con el mundo de las palabras…

Podrán leer el mencionado texto en la versión digital de Monitor haciendo click en la reproducción de la página:

domingo, 9 de septiembre de 2007

Folletos de promoción de libros

A continuación les dejo la primera de una serie de presentaciones que tratarán de mostrar el trabajo de mis alumnos de 2° año Polimodal, quienes eligieron un libro de los leídos en el marco del Círculo de Lectura y realizaron folletos propagandísticos. Desgraciadamente no he hallado la manera de que se lea el texto escrito en letra menor pero no quise dejar pasar la oportunidad de -al menos- revelar la labor que han efectuado.