Me pareció pertinente agrupar estas novelas para emitir una opinión, no sólo porque la construcción de las historias recrea cuentos de hadas en los tres casos; sino además por la particular calidad con que están realizadas. Relatos encantadores que hechizan al lector desde su inicio; no sólo están maravillosamente escritos -lo cual se nota aún a través de la traducción- sino que la esencia de los mismos es la ruptura de estereotipos y el magnífico manejo del humor.
Así aparecen: gigantes generosos, magos torpes, reyes cobardes y burócratas, hadas caprichosas, malos ridículos. A esto se suma la nada inocente cuestión de que las heroínas son niñas y adolescentes que rompen los moldes de lo tradicionalmente femenino e infantil. Corajudas, impertinentes, nada conformistas; asumen tareas que podrían excederlas en magnitud y aún con uno que otro susto se las arreglan para salir de apuros.
Total y absolutamente recomendables, para leerlos una y otra vez y disfrutarlos.
Gabriela Monzón
Extraído con leves adaptaciones de “¡Alohomora! …O de las puertas que abrió Rowling”, Trabajo Final para obtención del Postítulo de Actualización Académica en Literatura para Niños, Instituto “Almirante Guillermo Brown”, Santa Fe, 2006
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