jueves, 16 de octubre de 2008

PPS renovado y ponencia "¡Alohomora! ...O de las puertas que abrió Rowling"

La asistencia al 1° Congreso Internacional de Literatura para Niños: Producción, Edición y Circulación, organizado por Ediciones La Bohemia, llevado a cabo en la Biblioteca Nacional, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los días 13 y 14 de octubre, constituyó una experiencia sumamente enriquecedora, interesante y positiva. No sólo fue más que excelente el nivel de los expositores a los que tuve el privilegio de escuchar, entre los que se contaron algunos de los referentes nacionales e latinoamericanos de la literatura para niños y cuestiones ligadas a esta (Laura Devetach, Gustavo Roldán, María Teresa Andruetto, Ana María Machado, Itsvanch, Teresa Colomer, Gustavo Bombini, Sandra Comino, Lidia Blanco, Susana Itscovich, Iris Rivera, Esteban Valentino, entre otros). Sino que la atención personal y extremadamente dedicada que nos brindó en todo momento Valeria Sorín -la editora-, la buena voluntad de quienes trabajaban con ella para solucionar todas aquellas cuestiones que se revelaron como dificultades operativas de la puesta en marcha de semejante evento, fue asombrosa.

Además no sólo tuve una compañera de diez en esta vivencia (¡Gracias Norma! querida amiga/colega de Gualeguay) sino que conocí gente genial como la novel escritora Marisa Pérez, colega de Mendoza, y Leo Batic, un artista increíble.

Dejo a disposición y como lo prometiera el PPS de mi ponencia -ahora más extenso y con fotos de los libros analizados-, así como el texto de esta que puede ser descargado aquí. A la brevedad postearé el video de la exposición.

Desgargar: "¡Alohomora! ...O de las puertas que abrió Rowling" (versión renovada 2008)
Alohomora Lic G Monzón
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domingo, 12 de octubre de 2008

¡Alohomora!... nuevamente.

Gracias a mi querida investigación "¡Alohomora! ... O de las puertas que abrió Rowling", sobre literatura juvenil que mis lectores ya conocen, pues ha aparecido más de una vez como fuente de entradas de este blog, se me abre nuevamente una puerta. Llevo la ponencia del mismo nombre -un tanto reformulada para actualizarla- al 1° Congreso Internacional de Literatura para Niños: Producción, Edición y Circulación, organizado por Editorial La Bohemia en Buenos Aires, los días 13 y 14 de octubre de 2008. Publicaré video y fotitos al regreso, por supuesto.

sábado, 11 de octubre de 2008

Melissa Marr, “Encanto fatal”


Si bien podría decir que inicié mi itinerario en el mundo feérico entrando por la puerta grande que me abrió Tolkien, en realidad no lo sabía con exactitud, pues predominaba en este ingreso el acceso a la literatura épico fantástica que me llevaría a codearme feliz con Weiss y Hickamn, Eddings, Kay, Cooper, y tantos otros de mis más entrañables autores.
Pasó el tiempo y un día descubrí el mundo de los elfos/hadas en un género distinto: el fantástico ambientado en el pasado y el presente históricamente identificables, y las artífices de este maravilloso encuentro fueron Sally Gardner con Las mágicas aventuras de Coriandro y Holly Black con su Tributo de la Corte Oscura
Y me enamoré, irremisiblemente y para siempre…
En fin, las hadas tienen ese extraño poder de subyugar a quienes osamos verlas. Pero creí que nada podría superar ese primer amor, hasta encontrar a Melissa Marr y Encanto fatal.
Debo reconocer que el título en español -casi de novelita cursi y liviana, de lo cual está más que alejada la historia de Marr- no le hace ni pizca de justicia, sobre todo cuando el original es Faerie in the dark I, (comparen y saquen conclusiones…)
Así las cosas, habiendo leído en la red el argumento de la nueva saga en cuestión (gracias a mis amigas de www.juvenilromantica.blogspot.com), me sentí moderadamente interesada, hasta que leí la primera página, lo que originó una especie de frenética y apasionada… ¿cómo llamarla?... necesidad imperiosa de seguir leyendo. Sí, ya sé que tengo el amor fácil con la literatura fantástica juvenil, pero creo que en el sitial en el que tengo a Harry Potter, a la saga de Crepúsculo, y quizá a Memorias de Idhún, sólo se habían acercado las dos autoras mencionadas, hasta descubrir esta novela de Melissa Marr, claro.
En mi hogar ya es sabido que en algunos períodos de lectura dejo de existir para el mundo, los mencionados libros me han provocado eso, y Encanto fatal también, por lo que el título que me causa escozor se volvió casi premonitorio: una risueña ironía.
Aislinn ha vivido toda su existencia simulando no ver el mágico y atrozmente hermoso mundo de las hadas que transcurre paralelo al de los humanos, y que debiera ser invisible para ella como para cualquier mortal; sin embargo cargar con este designio que ha apesadumbrado a las mujeres de su familia se vuelve más que peligroso cuando un rey elfo -el magnífico Keenan- se propone conquistarla. La relación única y francamente envidiable (para cualquier mujer de este planeta y aledaños) que mantiene con su extravagante y maravilloso amigo -Seth- está al borde de transformarse en algo más profundo, pero esto será posible sólo si logra resolver la absurda situación en la que se halla, de la cual sólo podrá salir -aunque dude al principio- asumiendo lo que es, lo que puede ser y confiando en quien le es incondicional en cualquier circunstancia.
No pude dejar de sentir en todo momento que Seth era el Edward de esta historia, y que reunía en su sencilla humanidad todas las cualidades inefables que el joven vampiro tiene en la novelas de Meyer.
Decir que lo recomiendo es poco, pero claro, en Argentina habrá que seguir esperando para que lo editen, como ha sucedido ya tristemente con tantos libros del género.
Sobre la autora:
Melissa Marr se licenció en Literatura y Estudios de Género en la Universidad de Pensilvania.
Ha sido profesora y ha realizado trabajos de lo más variados, como excavaciones arqueológicas y camarera en bares de motoristas.
Encanto fatal, su primera novela, cosechó un enorme éxito de inmediato, colocándose desde la semana posterior a su publicación en los primeros puestos de la lista de libros más vendidos del New York Times.
Fuente de los datos biográficos: http://www.salamandra.info/ficha_autor.php?codi=243

miércoles, 8 de octubre de 2008

¡Por fin!... ¡Tengo "Amanecer "de Stephenie Meyer! (en español)

Para mi absoluta felicidad, hoy, 8 de octubre de 2008, simultáneamente con el lanzamiento mundial, "Amanecer" de Stephenie Meyer llegó a mi pequeña ciudad. Y mi esposo (conocedor de mi total fanatismo meyeriano), me obsequió el libro. No estoy: fui a encontrarme con Edward.

lunes, 6 de octubre de 2008

Una Rima de Bécquer que parece palabras de Edward Cullen

XXVII

Despierta, tiemblo al mirarte;

dormida, me atrevo a verte;

por eso, alma de mi alma,

yo velo mientras tú duermes.

Despierta, ríes, y al reír tus labios

inquietos me parecen

relámpagos de grana que serpean

sobre un cielo de nieve.

Dormida, los extremos de tu boca

pliega sonrisa leve,

suave como el rastro luminoso

que deja un sol que muere.

¡Duerme!

Despierta, miras y al mirar tus ojos

húmedos resplandecen

como la onda azul en cuya cresta

chispeando el sol hiere.

Al través de tus párpados, dormida,

tranquilo fulgor vierten,

cual derrama de luz, templado rayo,

lámpara transparente.

¡Duerme!

Despierta, hablas y al hablar vibrantes

tus palabras parecen

lluvia de perlas que en dorada copa

se derrama a torrentes.

Dormida, en el murmullo de tu aliento

acompasado y tenue,

escucho yo un poema que mi alma

enamorada entiende.

¡Duerme!

Sobre el corazón la mano

me he puesto porque no suene

su latido y de la noche

turbe la calma solemne.

De tu balcón las persianas

cerré ya porque no entre

el resplandor enojoso

de la aurora y te despierte.

¡Duerme!

Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas
Me pregunto... ¿no podrían ser dichas estas palabras por Edward Cullen si tan sólo su corazón latiera? Misterios de la más romántica literatura del siglo XIX, la de Bécquer, que parece haber escrito las palabras del más romántico de nuestros personajes favoritos de la Literatura Juvenil actual.

domingo, 31 de agosto de 2008

Laura Gallego García. Memorias de Idhún I: La Resistencia. Memorias de Idhún II: La Tríada. Memorias de Idhún III: Panteón.

La trilogía de esta joven escritora española constituye uno de los más extensos mundos narrativos en los que me he sumergido en los últimos tiempos, y dada la enorme cantidad de páginas que la conforman, una podría pensar que en algún momento podría llegar a aburrirse… Nunca sucede eso.

La creación de Gallego es una maravillosa y compleja historia de amor, odio, venganza, lucha entre razas, guerra entre dioses, y una búsqueda de un bien que cada uno percibe de un modo diferente. Constituye una genial saga de género épico fantástico, escrita con tono ameno que se va afirmando paulatinamente desde un inicio un tanto titubeante hasta transformarse en una trama adictiva para ser devorada sin pausa.

Debo reconocer que me asombró un poco descubrir en el universo virtual la pasión que había despertado en tantos lectores juveniles -y no tanto-, lo que -humildemente- creía excepcional y casi privativo de Rowling o Meyer. Pues me retracto, y me uno además a quienes aman estos libros, porque yo también me enamoré de ellos y he iniciado itinerarios de contagio.

Lloré, reí, me enternecí, temí y me enojé, e incluso quedé francamente agotada por momentos. Eso resume una gama de sentimientos y estados de ánimos por los que el lector pasa sin tregua.

No me explayaré en los hechos de la historia ya que abundan sitios en los que se revelan los mismos, y si bien se llegan a vislumbrar las múltiples fuentes del género y de la mitología en las que abrevó la escritora para crearla, no deja de resultar original, única, apasionante e interesantísima.

Un mundo -Idhún- invadido por los sheks, serpientes aladas convocadas por el maligno Nigromante Ashran, el exterminio de los unicornios y los dragones que se produce a la par, la huida y persecución de los magos; y en este contexto, una niña y un adolescente terrestres que son mucho más de lo que parecen; un príncipe y un joven hechicero que constituyen en el principio toda la Resistencia, quienes buscan denodadamente al último unicornio y al último dragón enviados a nuestro planeta para ser salvados; un adolescente medio humano medio serpiente que -aún siendo un asesino frío y calculador- se enamorará de aquella a la que debe destruir. Y ese será el inicio del cumplimiento de la profecía que los dioses hicieron, más no el final de sus contiendas en las que los seres “inferiores” -humanos, feéricos, celestes, yan, bárbaros, serpientes, dragones, unicornios, y tantos otros- son sólo sus peones descartables y sin importancia, son sólo “el parpadeo de una estrella” en el tiempo infinito del que ellos están hechos.

Vale la pena visitar la web de la escritora, y por supuesto internarse en los otros universos fantásticos que ha creado para nosotros, cosa que decido hacer ineludiblemente…

Gracias Marina (“Miniwina” quien luego cambió su seudónimo y lo olvidé), pues con tu amor idhunita despertaste mi curiosidad hasta contagiarme…

Sobre la autora: (Transcripción textual de su web http://www.lauragallego.com/noticias.htm)

Nombre completo: Laura Gallego García.

Fecha de nacimiento: 11 de Octubre de 1977. Tengo 30 años.

[…]Lugar de nacimiento: Quart de Poblet (Valencia)

Empecé a escribir…

...a los 11 años. Mi amiga Miriam y yo decidimos escribir un libro de fantasía. Se llamaba Zodiaccía, un mundo diferente, y trataba de una niña que viajaba a una isla mágica donde todo tenía que ver con los horóscopos. Tardamos tres años en acabarlo y salió una cosa muy larga, de casi trescientas páginas. Ese libro nunca se publicó, pero yo ya sabía que quería ser escritora.

Empecé a publicar…

...a los 21 años. Después de acabar la Secundaria entré en la Universidad de Valencia, a estudiar Filología Hispánica para ser, en un futuro, profesora de literatura. Seguía escribiendo, pero no publicaba nada. Hasta que escribí Finis Mundi, que fue el primer libro que publiqué. Era el libro número 14 que escribía y no había publicado nada antes, así que no tenía ninguna esperanza cuando lo envié al Premio Barco de Vapor (hacía ya varios años que participaba, pero no había suerte)… ¡y resultó que gané el Premio!

¿Qué hago ahora? Aparte de escribir.... muuuchas cosas:

-Acabé la carrera y ahora estoy haciendo el doctorado, trabajando en mi tesis sobre el libro de caballerías Belianís de Grecia, de Jerónimo Fernández, publicado en 1579. Aunque con toda la fiebre idhunita he tenido que dejar la tesis aparcada durante un tiempo, pero espero poder retomarla pronto.

-Sigo escribiendo libros. De momento ya van dieciséis novelas y cinco cuentos publicados, y un libro más que está en camino. […]”

domingo, 24 de agosto de 2008

Algunos me devuelven la sonrisa...

Hace unos días una colega me comentaba sobre la intención de algunos alumnos del Profesorado de cambiar de institución pues en otra supuestamente las cosas eran más fáciles, y no fue necesario corroborar que mi materia era precisamente uno de los motivos de su interés por migrar hacia aguas menos turbulentas.

No es necesario aclarar que no me cayó bien la cuestión, me enojé mucho y estuve despotricando duro y parejo por un buen tiempo. Y por supuesto que dije que para mediocridad… bastaba y sobraba con la que ya había circulando por la docencia, que si se quería ir a engrosar la fila de ignorancia generalizada, agradecía que no esperasen que yo colaborase en ello, sin duda al alejarse me estaban ahorrando un conflicto.

Hasta que empecé a pensar con seriedad en que no es extraño que los jóvenes y no tan jóvenes elijan todo aquello que no les suponga esfuerzo, ni empeño, ni trabajo, ni siquiera un mínimo de dedicación.

En los últimos tiempos, la docencia no es ejemplo de nada.

Cuando uno debiera esperar de esta profesión personas que contraen un compromiso de por vida con otras personas a las que ayudan a formarse, con las que pretenden colaborar en la construcción de saberes, de valores, de conocimientos, es frecuente ver qué equivocadas son las generalizaciones.

La docencia suele ser una carrera corta, no muy dificultosa, de fácil acceso al mundo laboral, con un mínimo de estabilidad (aun cuando al principio se cambia frecuentemente de lugar de trabajo se consigue dónde ubicarse sucesivamente una vez ingresado en el sistema), y estas virtudes opacan dos defectos que suelen caracterizarla: poca remuneración y cuestionamiento social. Y aunque lo primero parece ser una generalidad en más de un país, una triste constante; para lo segundo prontamente se desarrolla una estrategia de autodefensa muy similar a la piel de dinosaurio…

No se confundan: amo esta profesión, la elegí y volvería a hacerlo, ejerzo en ella con vocación y el máximo de responsabilidad que me sea posible dar. Pero quizá por eso mismo no deja de causarme desilusión, de angustiarme, de preocuparme la dejadez, la ignorancia, la desinformación, la poca formación, el escaso respeto por el saber, el poco respeto/interés genuino/ por el otro/sujeto que aprende -niño, adolescente, adulto-… que suelen aliarse a la tarea educativa.

Temor a la autocrítica, a la opinión ajena, a evaluarse/ser evaluados, soberbia supina del que se cree más y dueño del saber aún en estos tiempos, imposibilidad de dudar, de evolucionar, de crecer…

Aunque siempre existen pequeños milagros, y son aquellos que se animan, que se juegan, que saben que hay que seguir aprendiendo, que no se desaniman y son capaces de aceptar la exigencia y los desafíos, esos que no se amilanan y recursan más de una vez una materia, esos que se presentan a rendir cada vez más preparados, esos que aceptan sus limitaciones y son capaces de dar el salto, esos que no creen que uno sea malo porque no les tiene lástima y los aprueba de pura pena.

Y andan muchos por ahí, y cuando los encuentro me devuelven la sonrisa.