La producción de biodiesel a base de soja para el mercado alemán amenaza los últimos bosques nativos de nuestro país y contribuye a exacerbar el aumento de los alimentos al desplazar cultivos alimentarios. La producción de biodiesel de soja demandará 9 millones de hectáreas de ese cultivo, poniendo en peligro nuevamente a nuestros ecosistemas naturales. Los países europeos han establecido altas metas para reemplazar en parte los combustibles fósiles que consumen sus vehículos con grandes cantidades de biocombustibles, sin contar con ninguna política que contemple las repercusiones ambientales y sociales que su producción implica.
Es por ello que hoy en una demostración con autos alemanes caracterizados como topadoras, Greenpeace denunció ante la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación (SAGPyA), que la producción argentina de biodiesel de soja destinada al mercado europeo, fomenta la deforestación.
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