miércoles, 11 de julio de 2007

Llewellyn, Sam. Los hermanos Darling.

La historia se sitúa en un mundo que parece ser el de todos los días, iniciando la acción en la mansión de los Darling quienes viven en barrio adinerado, en el número uno de la calle Mariscal Pinturero; en adelante se desplazará a un barco atracado en el puerto que lleva por nombre Cleptoman. La trama involucra una banda de ladrones disfrazados de agencia de niñeras y una serie de ridículas y extravagantes situaciones que terminan con el Cleptoman dirigiéndose hacia Miami.

Esta novela respeta la particularidad de centrar la acción en personajes jóvenes, el trío que tiene a mal traer a todas las niñeras de la ciudad. Estos son unos insoportables críos ricos de apellido Darling: Iris -de 12 1/2 años, pecosa, de ojos pensativos y uñas rojo sangre que denotan su coquetería-; Narciso -de 11 5/6 años, bajo, fornido, siempre muy sucio ya que tiene gran interés por la mecánica y los explosivos-; y Prímula de 10 -rubia y rosadita, tanto en su tez como en su ropa, aficionada a la cocina pero con la tendencia a envenenar los platos que elabora-. Los niños son hijos de un magnate de vaya a saber qué negocios internacionales, casado en segundas nupcias con una rubia y tonta secretaria. Se ven envueltos en innumerables enredos cuando llega a su casa una nueva niñera muy extravagante -la Señorita Petro- que es en realidad un ladrón de tierno corazón que pertenece a una banda comandada por la sensual y exótica dama capitana del Cleptoman.

Las habilidades de los jóvenes protagonistas trascienden bastante las propias de su edad y tienen que ver con un uso refinado de la inteligencia para hacer terribles travesuras; por lo que encajan estupendamente entre los torpes delincuentes a los que se unen y en ningún momento será posible tratarlos como niños.

El uso de la ironía y el grotesco para describir el mundo de los adultos y los ricos es permanente; en todos los casos son presentados como caprichosos, mezquinos, tontos y ridículos, tanto en sus intereses como deseos, forma de vida u ocupaciones.

Los hermanos Darling es una novela chispeante, disparatada, llena de dobles sentidos e ironía. Quizá por momentos llega a ser exagerada o excesiva ya que el tren de hechos absurdos no da tregua al lector, lo que se suma a otras características: los protagonistas antihéroes, las situaciones absurdas, la parodia de situaciones cotidianas

El autor:

Sam Llewellyn nació en las Islas de Scilly, vivió en Toronto -donde se radicó al casarse con Karen Wallace, autora canadiense de libros para niños- y actualmente se halla establecido en Herefordshire con esta y sus hijos.

Contribuye como periodista con el Daily Telegraph, el London Times y múltiples publicaciones, entre ellas algunas relacionadas con la navegación -otra de sus pasiones-. Ha viajado por todo el mundo -Filipinas, Turquía, China, Francia, España, y varios lugares del pacífico Norte, entre otros- investigando para sus libros, los cuales incluyen sucesos de su vida aventurera. Sus numerosas novelas -cerca de treinta, desde 1979- han sido traducidas a doce idiomas.

Gabriela Monzón

Extraído con leves adaptaciones de “¡Alohomora! …O de las puertas que abrió Rowling”, Trabajo Final para obtención del Postítulo de Actualización Académica en Literatura para Niños, Instituto “Almirante Guillermo Brown”, Santa Fe, 2006

1 comentario:

Anónimo dijo...

a mi hermana menor, le regalaron ese libro para navidad, a decir verdad pense que seria solo una novela tonta para niños, pero cuando en un momenot de aburrimiento lo tome, juro que me senti una niña de 10 otra vez, riendo con cada pagina de esta historia y pensando que suerte tener niñeras-ladronas... =)