miércoles, 18 de marzo de 2009

Hablaré sobre Stephenie Meyer y sobre blogs en el 12° Congreso Internacional de Promoción de la Lectura y el Libro

Por tercer año consecutivo llevo una ponencia (es decir un trabajo escrito que deberé leer en una mesa de exposiciones) al Congreso Internacional de Promoción de la Lectura y el Libro, que en su 12° edición se efectuará los días 24, 25 y 26 de abril, en el marco de la 35º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Pero si es de por sí una situación realmente especial, una alegría y una maravillosa oportunidad de comunicar y compartir experiencias con otra gente apasionada por la lectura; este año es más que único.

¿Por qué? Por dos motivos:

-porque llevo una ponencia sobre Stephenie Meyer y sus libros, que he denominado: Stephenie Meyer o el fenómeno de una comunidad de lectores en comunicación”, en la que hablo especialmente de eso que nos une a quienes amamos sus novelas. (Día: Sábado, Fecha: 25/04/09, Hora: A las 10:00, Sala: Victoria Ocampo, Pabellón Blanco, Piso 1)

-pero también porque presento un trabajo que habla de los blogs como fenómeno actual interesantísimo, a partir del cual los jóvenes y adolescentes producen y leen, además de formar lazos estrechos entre lectores literarios, lo que además se da por fuera de la escuela y otras instituciones académicas. Su título es: “Escenarios alternativos para jóvenes lectores/jóvenes escritores” (Día: Domingo, Fecha: 26/04/09, Hora: A las 10:00, Sala: Adolfo Bioy Casares, Pabellón Blanco, Piso 1)

Demás está decir que postearé fotos, texto, video, etc… ni bien vuelva del evento, porque estos dos trabajos se los debo íntegramente a mis jóvenes amigos lectores, a esa comunidad literaria bloggera incansable, fiel, entusiasta, respetuosa, creativa…

Debo mencionar sin duda de modo especial a algunas de ellas a quienes conté hace un tiempo que andaba en estos escritos: Arantxa y Aran de Literatura Youth Fantasy, así como Darkmoon, Cirial y DaYla de Juvenil Romántica.

Lástima que el Congreso es cerrado a quienes se inscriban, pues si no me gustaría invitar a los fans de Crepúsculo que estén en Buenos Aires a asistir a la lectura del trabajo sobre Stephenie… pero bueno, quizá nos encontremos en la Feria del libro…

Gaby

sábado, 7 de marzo de 2009

Hay esperanza: se publicó “The Host” y saldrá “Despertar” en Argentina

Por accidente me enteré de que ya está disponible en Argentina (¡por fin!) la novela para adultos de nuestra querida Stephenie Meyer: The host (La huésped), la cual figura para ser adquirida en las listas on line de las librerías más conocidas de Buenos Aires. Su precio es de $79.- ¡A romper chanchitos!

Por otra parte he visto que a su vez se halla en pre venta el primer tomo de las Crónicas Vampíricas de L. J. Smith: Despertar, publicado por Editorial Destino, ejemplar de literatura juvenil romántica vampírica editado en español luego del éxito de ventas de la saga Crepúsculo de Meyer. Su costo es de $42.-

Por supuesto que la lista de deudas con los lectores que tienen las editoriales en mi país es larguísima en cuanto a literatura juvenil que esperamos ansiosos… ¿cambiarán las cosas?

miércoles, 4 de marzo de 2009

Y nos dicen que... ¡Este blog es una joya!

Juro que no me lo inventé… nos han otorgado otro premio, y precisamente es el que se traduce como “¡Este blog es una joya!”. Lo cual nos viene como anillo al dedo en este sitio de tesoros, islas, piratas y otras yerbas…

Como es requisito habitual debemos mencionar a quienes nos lo otorgaron, por lo que agradezco a los amorosos de siempre: Alba de Letras y Escenas: Novela Romántica Juvenil y Adulta, a Deigar de Literatura Juvenil, Elwen de Midnight Eclipse y Lisa de Sweet&Sour.

Por otra parte, como de costumbre es norma: mostrar la imagen del galardón, elegir diez blogs que lo merezcan en nuestra opinión y avisarles del obsequio.

Allá vamos…

Entrego este premio a aquellos que hacen joyas que me encandilan con su resplandor:

1-Ale de ¡Cuidado! Gurises escribiendo…

2-Ivonne, Laura y Susana de Palabras de arena.

3-Cris de Signos Musicales.

4-Arantxa y Aran de Literatura Youth Fantasy.

5-Darkmoon, Dayla y Cirial de Juvenil Literaria.

6-Lore Cullen de Cielo Tormentoso.

7-María del Carmen de Libros sin tinta.

Y sí, también se los obsequio a ellos, aun cuando me lo entregaron a mí…

8-Alba de Letras y Escenas: Novela romántica Juvenil y Adulta.

10-Deigar de Literatura Juvenil.

La literatura avasallada...

“[…] la escolarización del libro, aun con toda la renovación metodológica que ha llevado aparejada, ha traído una excesiva vinculación de la lectura con lo académico. No hablamos de la enseñanza de la lectura como acceso al código escrito, ni del estudio de la literatura como materia, sino del fomento de la lectura como hábito, es decir, como opción personal, libre y gratuita (que no exige entregar nada a cambio). Las editoriales miran demasiado hacia la escuela, viendo en ella su mayor mercado. En este sentido, detectamos una excesiva instrumentalización que convierte al libro en un vehículo para la realización de enojosas tareas escolares, que sustituye la libertad de elección por la obligatoriedad, con lo que, a menudo, desaparece el placer de leer (verdadero motor de todo lector, incluido el profesor), reemplazado por una sensación de fastidio y hostilidad hacia la lectura. Autores y editores colaboran con demasiada frecuencia a reforzar esta línea de trabajo con libros, series y colecciones que presentan estrechos planteamientos didactistas de los que está ausente, la mayor parte de las veces, la vibración de la auténtica literatura.

Recientemente, es posible detectar un auge de este fenómeno en relación con los llamados temas transversales que aparecen reflejados en infinidad de títulos. Así, ya no hay que leer para disfrutar, emocionarse, entretenerse (y de paso, aprender), sino para alcanzar de forma inmediata determinados objetivos curriculares relacionados con la igualdad entre los sexos, el cuidado de la salud, la educación vial o los valores. La literatura ha quedado reducida, demasiado a menudo, a una mera fórmula para que los niños se coman nuestras deliciosas y nutritivas sopas. Y muy pocas veces caemos en la cuenta de que los niños son lo bastantes listos como para rechazar la sopa y, de paso, la cuchara con que se les ofrece […]”

GARCÍA SOBRINO, Javier y Diego Gutiérrez del Valle,“El bosque de la animación y los árboles de la lectura”.

Nunca más apropiadas estas reflexiones en un momento en el que la educación en mi país y especialmente en mi provincia (que es lo que me toca de más cerca), se halla en un proceso de cambio, y ciertamente debo reconocer con absoluta honestidad y desagrado que no necesariamente en un sentido positivo. Así es que, nuevamente entra en crisis la educación secundaria cambiando de estructura, aunque bien vale preguntarse si cambiando de fundamentos también.

Deseo abocarme brevemente a expresar algunas ideas sobre estas cuestiones de las que habla tan maravillosa y certeramente el fragmento anteriormente presentado, pues en la actualidad han llegado a las escuelas de mi provincia, confusas indicaciones acerca de supuestos ejes a trabajar de modo transversal, y en las propuestas que se incluyen en la documentación en cuestión hemos podido apreciar un soberano mamarracho, un pegoteo incoherente e irrespetuoso que nada, absolutamente nada, tiene de interdisciplina bien entendida y asumida en serio.

Y si eso es lo que “baja al llano” de manos de quienes debieran orientarnos en la puesta en marcha de dichos cambios, nos hallamos -como bien dice Lemony Sniket-… ante un mal comienzo, y lo más probable es que en sucesión se produzcan… una serie de catastróficas desdichas (válgame el ingenio de la literatura para expresar metafóricamente lo que se avecina).

Algunas de las cuestiones sobre las que me he explayado en más de una ocasión en este blog y en otras situaciones, algunas de las cuestiones -además- sobre las que he plantado bandera en cada contexto en que ejerzo mi labor docente, son tanto la formación de lectores autónomos, apasionados, activos, voluntarios, ajenos a las tareas escolares, como a su vez la independencia estética y discursiva de la LITERATURA.

Y cuando digo esto, me refiero específicamente a que cada ser humano tiene el derecho de disfrutar, de ponerse en contacto, de conocer, de apreciar o como quieran llamarle, la cultura de su tiempo y de otros, léase entonces la literatura, entre las múltiples creaciones humanas. Pero además, gozar de esta con independencia, con autonomía, sin verse esclavizado a un único esquema interpretativo, a un único modo de leer, a tareas que son improcedentes en relación con el objeto literario, ni mucho menos a la interferencia de unos mandatos intrusos instalados desde otras disciplinas o quehaceres humanos.

La Literatura es un mundo que se valida a sí mismo en tanto producto de la imaginación humana y como tal sin duda que habla de nosotros -las personas- con nuestras miserias y logros, pasiones y mentiras, deseos y esperanzas, valores y aspiraciones, hechos y silencios; pero de ninguna manera construye noción de verdad, elabora saber científico -aún cuando es un tipo particular de saber de otra naturaleza- : ni sobre la historia, ni sobre la geografía, ni sobre la biología, ni sobre la formación ciudadana, ni sobre los valores, ni sobre la matemática, ni sobre la psicología…

Pretender eso es intentar ver en un espejo distorsionado -en el que cada cual puede permitirse hallar desde su perspectiva lo que su ingenio e imaginación le habiliten- un único modo de leerlo, un único sentido, y por tanto ejercer una labor invasiva, una trasgresión de límites, un ultraje, una violación, un abuso.

Véanse los monumentos al disparate que la supuesta, malentendida y reiteradamente distorsionada interdisciplina, ahora denominada “transversalidad” pretende erigir como ejemplos:

<<-A partir de la lectura de textos relacionados con aventuras, como por ejemplo:

“Un descenso al Maeltrön, de Edgar Allan Poe,

“Una casa”, de Antonio Tabucchi,

“El buque blanco”, de Howard P Lovecraft,

“La batalla”, de Lobodón Garra,

de “Las vacas sagradas del sol” de la Odisea de Homero, leer “Las sirenas”,

y el poema “El mar” de Jorge L Borges.

-Plantee un problema ambiental como es la extinción de algunas especies de la fauna marina.>>

O más adelante:

<<-Teniendo en cuenta estos ejemplos u otros, regionalice a través de textos de autores entrerrianos que aborden la problemática de ríos, arroyos y lagunas.>>

Ahora bien, admitamos que esta perenne utilitarización del discurso literario -o su intrumentalización como le llaman los autores anteriormente citados- no se produce por una malintencionada y perversa manipulación de una “herramienta” que está a mano, sino que este fenómeno casi tradicional en el ámbito escolar se debe quizá lisa y llanamente a una supina ignorancia, que ha naturalizado a lo largo de los años (siglos, más bien) que la literatura puede usarse sin culpa para lo que sea. A lo que se agrega, desde mi punto de vista una escasa apropiación en los ámbitos escolares de los discursos propios de las didácticas especiales que proponen las estrategias y materiales que son pertinentes a cada campo del saber.

Se me ocurre que el discurso literario sufre, en su disponibilidad, en su apertura, en su libertad, en su estar allí, de una terrible indefensión, y que a quienes hacemos literatura, amamos la literatura, no podemos vivir sin literatura, nos cabe la tarea de plantar cara en su nombre y conseguir el espacio que le corresponde por derecho. Pero no sólo porque sea lo apropiado en relación con este particular modo de creación humana, sino por todos y cada uno de los lectores (actuales y futuros), quienes son depositarios de “una exigencia poética, una necesidad de relatos, que no son un privilegio de ninguna categoría social. Se trata de un derecho elemental, de una cuestión de dignidad”, como expresa Michel Petit.

Queda aún por comprender -todos y cada uno de los que nos dedicamos a la educación, no sólo los que nos ocupamos de la Lengua y la Literatura-, que la Literatura es vital para cada persona, no por la utilidad que extranjeras manos pudieran sacar de ella, sino por lo que provoca por sí misma en el lector, eso de lo que la siempre sabia Michel Petit también nos habla:

“Y cada uno de nosotros tiene derechos culturales: el derecho al saber, pero también el derecho al imaginario, el derecho a apropiarse de bienes culturales que contribuyen, en cada edad de la vida, a la construcción de sí mismo, a la apertura hacia el otro, al ejercicio de la fantasía –sin la cual no hay pensamiento-, a la elaboración del espíritu crítico. Cada hombre y cada mujer tiene derecho a pertenecer a una sociedad, a un mundo, a través de lo que han producido quienes lo componen: textos, imágenes, donde escritores y artistas han tratado de transcribir lo más profundo de la experiencia humana.”

“La lectura puede ser, a cualquier edad, un atajo privilegiado para elaborar o mantener un espacio íntimo, privado.

[…]Este espacio creado por la lectura no es una ilusión. Es un espacio psíquico, que puede ser el sitio mismo de la elaboración o la reconquista de la posición de sujeto.

[…] no olvidemos que sin ensueño, sin fantasía no hay pensamiento, no hay creatividad.”

lunes, 2 de marzo de 2009

“El conde Karlstein” de Philip Pullman

El marco de los hechos de esta novela se ubica en 1816, en un pueblito suizo llamado Karlstein, el cual se halla junto al castillo del mismo nombre. En este contexto -de carruajes, gobernantas, enormes habitaciones heladas, pabellones de caza- se dan las tribulaciones de una jovencita -hija de la dueña del mesón del pueblo- la cual entra en el servicio del castillo, y conoce allí a dos niñas inglesas sobrinas del conde quienes -para más dato preciso- entretienen su tedio leyendo Los misterios de Udolfo de Ann Radcliffe o Zastrozzi de Percy Shelley.

Los protagonistas jóvenes de esta historia son Hildi Kelmar y su hermano Peter que viven en un pueblito de Suiza cerca del castillo del Conde Karlstein. Hildi tiene quince años y trabaja allí, y así es como se entera que las pequeñas Charlotte y Lucy, sobrinas inglesas del actual conde corren peligro mortal.

Hildi es decidida y temeraria, y asume la misión de salvar a las niñas del malvado plan del tío. Este tiene un pacto con el diablo y se las ofrecerá para quedarse con la fortuna, ya que en realidad no es el legítimo heredero y teme ser descubierto. Por supuesto que sólo una joven con la viva imaginación de Hildi y dos chiquilinas ingenuas y fantasiosas parecen ser las únicas candidatas a creer en Zamiel, el Príncipe de las Montañas, el Cazador Diabólico que recorre la zona en busca de víctimas el Día de Todos los Santos. Sin embargo alguien más creerá en ello: Peter, el hermano un poco descocado de Hildi, quien ha escapado de un arresto por cazador furtivo, y cuyas habilidades los terminarán favoreciendo en última instancia. El joven es un poco tarambana e irresponsable, pero accederá a ayudar a su hermana y se jugará la vida en ello; este camino lo llevará a crecer y posteriormente a aspirar al puesto de guardabosques que tanto desea.

Los adultos forman un grupo heterogéneo: la mamá de Hildi, atareada dueña del mesón del pueblo “El alegre cazador”, que intenta educa a sus hijos para que sean responsables pero no siempre lo logra; Frau Muller, la odiosa, estricta y mandona ama de llaves del castillo; Miss Augusta Davenport, la maestra inglesa de las niñas, una mujer totalmente adelantada para la época, estudiosa, independiente y aventurera; el cuerpo de policía bastante torpe y ridículo comandado por el sargento Josef Snitsch; un par de pillos que dan espectáculos ambulantes pero que en realidad se especializan en timar a la gente por lo que la ley los viene persiguiendo: el doctor Cadaverezzi/Brillanttini/Rolipolio -según cómo se lo haya conocido- y su ayudante Max – quien queda prendado de la joven Eliza, doncella de Miss Davenport.

Merece renglón aparte el malvado Conde Karlstein, quien no sólo se ha apropiado de una fortuna y título que no le pertenecen; sino que por sus negociados con el Señor Oscuro querrá entregar en su lugar a unas inocentes niñas con lo que muestra el punto máximo de crueldad y cobardía. Y por otra parte, Zamiel -el Cazador Diabólico- se presenta inexorable pero extrañamente noble ya que, si bien cobra la deuda que desde hace diez años el Conde ha contraído con él, tiene un gesto respetuoso hacia Peter quien es un cazador libre.

El conde Karlstein es ocurrente, imita en el estilo la formalidad y cierta rimbombancia de un relato del siglo XIX, pero todo el tiempo lo transgrede. Está perfectamente narrado e incorpora distintas voces de personajes que dan su versión de parte de la historia proveyendo al relato de su personalidad. Entre estas aparecen: Charlote y Lucy -las niñas inglesas que leen Ann Radcliffe- las que en su narración simulan ser una heroína de novela. El humor tiene que ver además con que varios personajes son muy afectados queriendo representar dignamente a su estereotipo pero son torpes y ridículos, y aunque intentan mantener la compostura resultan graciosísimos.

(Se ofrecieron datos del autor en el artículo Pullman, Philip Trilogía La materia oscura)

Gabriela Monzón

Extraído con leves adaptaciones de “¡Alohomora! …O de las puertas que abrió Rowling”, Trabajo Final para obtención del Postítulo de Actualización Académica en Literatura para Niños, Instituto “Almirante Guillermo Brown”, Santa Fe, 2006

"Los hermanos Darling" de Sam Llewellyn

La historia se sitúa en un mundo que parece ser el de todos los días, iniciando la acción en la mansión de los Darling quienes viven en barrio adinerado, en el número uno de la calle Mariscal Pinturero; en adelante se desplazará a un barco atracado en el puerto que lleva por nombre Cleptoman. La trama involucra una banda de ladrones disfrazados de agencia de niñeras y una serie de ridículas y extravagantes situaciones que terminan con el Cleptoman dirigiéndose hacia Miami.

Esta novela respeta la particularidad de centrar la acción en personajes jóvenes, el trío que tiene a mal traer a todas las niñeras de la ciudad. Estos son unos insoportables críos ricos de apellido Darling: Iris -de 12 1/2 años, pecosa, de ojos pensativos y uñas rojo sangre que denotan su coquetería-; Narciso -de 11 5/6 años, bajo, fornido, siempre muy sucio ya que tiene gran interés por la mecánica y los explosivos-; y Prímula de 10 -rubia y rosadita, tanto en su tez como en su ropa, aficionada a la cocina pero con la tendencia a envenenar los platos que elabora-. Los niños son hijos de un magnate de vaya a saber qué negocios internacionales, casado en segundas nupcias con una rubia y tonta secretaria. Se ven envueltos en innumerables enredos cuando llega a su casa una nueva niñera muy extravagante -la Señorita Petro- que es en realidad un ladrón de tierno corazón que pertenece a una banda comandada por la sensual y exótica dama capitana del Cleptoman.

Las habilidades de los jóvenes protagonistas trascienden bastante las propias de su edad y tienen que ver con un uso refinado de la inteligencia para hacer terribles travesuras; por lo que encajan estupendamente entre los torpes delincuentes a los que se unen y en ningún momento será posible tratarlos como niños.

El uso de la ironía y el grotesco para describir el mundo de los adultos y los ricos es permanente; en todos los casos son presentados como caprichosos, mezquinos, tontos y ridículos, tanto en sus intereses como deseos, forma de vida u ocupaciones.

Los hermanos Darling es una novela chispeante, disparatada, llena de dobles sentidos e ironía. Quizá por momentos llega a ser muy exagerada o excesiva ya que el tren de hechos absurdos no da tregua al lector, lo que se suma a otras características: los protagonistas antihéroes, las situaciones absurdas, la parodia de situaciones cotidianas.

Obviamente hay una segunda y tercera aventuras pero son inconseguibles en Argentina, sus títulos "Los terribles Darling" y "Los forajidos Darling".

El autor:

Sam Llewellyn nació en las Islas de Scilly, vivió en Toronto -donde se radicó al casarse con Karen Wallace, autora canadiense de libros para niños- y actualmente se halla establecido en Herefordshire con esta y sus hijos.

Contribuye como periodista con el Daily Telegraph, el London Times y múltiples publicaciones, entre ellas algunas relacionadas con la navegación -otra de sus pasiones-. Ha viajado por todo el mundo -Filipinas, Turquía, China, Francia, España, y varios lugares del pacífico Norte, entre otros- investigando para sus libros, los cuales incluyen sucesos de su vida aventurera. Sus numerosas novelas -cerca de treinta, desde 1979- han sido traducidas a doce idiomas.

Gabriela Monzón

Extraído con leves adaptaciones de “¡Alohomora! …O de las puertas que abrió Rowling”, Trabajo Final para obtención del Postítulo de Actualización Académica en Literatura para Niños, Instituto “Almirante Guillermo Brown”, Santa Fe, 2006