lunes, 24 de marzo de 2008
Adiós, Willow
Sé que este blog tiene que ver con la Lengua y la Literatura, pero también conmigo como ser humano, y por eso hoy dedico un fragmentito de este espacio a despedir a mi querida Willow, nuestra gatita, que increíblemente tuvo mucho que ver con mi profesión.
Willow llegó a casa pues una alumna (Gracias, Daiana) me la regaló, y en aquel momento fue un acto de caridad aceptarla ya que era una bebé pelada de sarna, hambrienta y aterrada. Muchos años pasaron y ella creció bonita, quisquillosa y compañera inseparable a la vez.
Dormía conmigo, ubicada en mi falda me acompanaba en las correcciones y en las horas de estudio, echada a mi lado mientras yo leía ronrroneaba feliz, me acompañaba a cada lugar que fuera de la casa y supo conquistar el corazón de mi esposo. Incluso desde hacía casi dos años aprendió a convivir con nuestro perro Garion a quien supo imponer su autoridad, al punto de que este casi la temía.
Willow, vamos a extrañarte, tu muerte nos dejó un hueco en el corazón, pero te tendremos siempre con nosotros...
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