sábado, 18 de diciembre de 2010

"Oscuridad", de Elena P. Melodía... rompe el molde

 Una vaharada de aire fresco, sorprendente, osada, original, iconoclasta… Son algunas de las palabras que se me ocurren en relación con esta novela, de esta autora italiana que nació nada más y nada menos que en “la bella Verona”.
Sin duda que mi obsesión compulsiva de incursionar en la literatura para jóvenes de venta masiva me ha llevado a tropezar con más de una piedra, aún así, considero que debo persistir. No sólo porque me encanta, sino porque pienso que algunos de nosotros —los grandes que nos dedicamos al oficio de las palabras— debemos tener la suficiente apertura mental para leer de todo y ejercer la crítica en serio, sin prejuicios elitistas.
Así las cosas, de vez en cuando me he ido topando con novelas que deseo recomendar apasionadamente (no sé hacerlo de otro modo), que quiero contagiar a leer, que no deseo que pasen desapercibidas. A veces se produce una explosión y pandemia (como con Harry Potter y Crepúsculo) a veces una hace todo lo posible para que ocurra y la epidemia es moderada (como con Hush, hush o Cazadores de sombras), a veces la cosa es más soterrada y no llega a estallar aunque debería (como con Percy Jackson, del que prontito hablaré), a veces, omitiendo unas cuantas variables, el tropezón es memorable.
Sin embargo, en este caso, quedé anonadada. Favorable, positiva, felizmente anonadada. El relato es llevado adelante en primera persona por la voz de la protagonista, una chiquilina de secundario llamada Alma, quien no deja de ser como tantas jovencitas actuales, egocéntrica, insegura, obsesionada por su apariencia, con un vago límite entre lo que está bien hacer y lo que no (que ven como un chiste las bromas pesadas a los más frágiles de la escuela o que creen que es un juego robar en un shopping). No obstante, Alma es diferente a tantos personajes adolescentes que hemos visto desfilar por la literatura actual. No sólo porque se ve acosada por unos espeluznantes sueños, no sólo porque escribirá relatos de asesinatos que empezarán a hacerse reales, no sólo porque se verá acosada por unas oscuras visiones; sino porque es insólitamente crítica, y ve la vida con una mirada ácida e iconoclasta, que no acepta autoengaños. Y a la vez iremos descubriendo que crece, que evoluciona, que en su interior anida una persona fuerte, moral, responsable, consciente, fiel, que va saliendo a la luz lentamente.
Si debiera asignarle un género me resultaría un tanto complejo, ya que no sólo estamos frente a una novela de tipo fantástico, sino que cruza lo policial, el terror, el thriller, el romance, y mezclado en este cóctel la realidad de muchos adolescentes: la abulia escolar, la familia indiferente o escindida, la anorexia, la violencia, el abuso, las pandillas.
El relato combina además la tercera persona de los textos escritos por la protagonista, espeluznantemente premonitorios de los crímenes que empezarán a asolar la ciudad.
Aluciné con más de un párrafo, pero algunos de estos son mis favoritos por la mirada cáustica que Alma vierte en ellos:
“Mi colegio da asco.
Y no creo que mi opinión mejorara mucho si ocupara uno de esos lujosos edificios rodeados de verde que se ven en las películas. Aunque, eso sí, tendría un aspecto menos lamentable.
No me quejo de haber nacido en una familia de semifracasados sin grandes posibilidades económicas, pero tengo la convicción de que mi cerebro merece educarse en un lugar mejor que esta caja blanca que parece un barracón, con suelos de linóleo verde moteados de chicles y con las paredes estropeadas tras años de peleas, empujones e insultos.”

“En cuanto a los profesores, darían para escribir el guion de una película grotesca. Imaginaos a un equipo de fantoches vestidos por una modista loca, o simplemente daltónica, que aparecen en clase desde la nada de un pasillo y que en la nada desaparecen, como si no tuvieran otra existencia más que la del interior del colegio. Fantoches que vomitan un guion preestablecido, siempre igual, y que obligan a recitar cada mañana.
Así se va la mitad de mi vida.”

“Nos hablamos con monosílabos. Las palabras más largas son insultos. ¿Son estos los pilares del futuro?
La verdad es que estoy rodeada de maniquíes animados que se mueven y hablan siempre y exclusivamente siguiendo un programa preestablecido. Qué vida más inútil la suya.”

“Las calles de la Ciudad a las ocho de la mañana están atestadas de gente.
Caminan rápido, hablan por teléfono, comen, beben, todo a la vez, para ahorrar tiempo. Y para no caer en la cuenta de que es del todo inútil.


Alguien hace jogging en medio del tráfico. Con sus ridículas zapatillas tecnológicas y los auriculares puestos, sudando y escuchando cantos lejanos, estos tipos intentan convencerse de que no pertenecen a este engranaje de locura, gasolina y electricidad que nos está hundiendo en el gran mundo de la nada.
Aunque a un precio con descuento, eso sí.”

Sobre la autora:
Elena P. Melodía nació en Verona en 1974. Es Licenciada en Filología clásica, trabajó como arqueóloga medievalista antes de dar el salto a una gran editorial para ser editora de libros juveniles.
Oscuridad (Buio, en el original) es el primer título de la serie My Land.

Dos de ángeles: "Oscuros" de Lauren Kate y "Halo" de Alexandra Adornetto



Intentaré dar cuenta de algunas de las lecturas que he acumulado durante el año, como un viejo dragón acapara alhajas para su tesoro, y como Smaug el Magnífico, procuraré diferenciar según mi mirada joyas auténticas de baratijas. O sea, que, como es mi costumbre les haré llegar mi opinión. Sí, mi parecer personal, honesto y subjetivo, como creo que son siempre los pareceres sobre los libros, mal que les pese a los defensores del objetivismo y la verdad absoluta… que no existen.

Oscuros, de Lauren Kate
Primero fueron los jóvenes magos y hechiceras, luego los vampiros, en medio las hadas y ahora los ángeles caídos.
La literatura juvenil sigue mostrándose prolífica a la hora de lanzar al mercado literario para jóvenes (ese que existe por fuera del ámbito escolar, ese que le da alergia a la academia y a los docentes muy especialmente)… historias que combinan tópicos tradicionales en versiones adaptadas a un público actual joven (y no tanto) que goza de un buen relato, el tipo que seguirá existiendo más allá de los devaneos experimentales de la institución literaria, ya que al decir de Jostein Gaarder los buenos cuentos no pasarán de moda, porque —afirma con énfasis—  necesitamos historias imaginarias.
Así las cosas, Hush, hush  nos conquistó y elevó nuestras expectativas. Veamos qué pasa con sus sucesores.
Oscuros, promete, no defrauda, y deja con ansias de más. Y diría, más bien, con muchas ansias, ya que poco y nada nos revela el relato acerca de la identidad de la protagonista, su importancia en una batalla que atraviesa los siglos y cuenta con su presencia fugaz y recurrente, a excepción de esta ocasión en donde las cosas parecen haber cambiado.
Lucinda —o Luce como la llaman todos—, es la nueva incorporación a una especie de reformatorio o escuela para chicos con problemas, a la que debe integrarse dado un hecho trágico que no se termina de esclarecer que cobrara la vida de su anterior novio. En la institución a la que la manda la ley, alejada de su familia y su mejor amiga, sola y asustada, termina descubriendo que las sombras que la acechaban en su vida previa siguen acosándola, mostrando que no todo es racional en este mundo. Allí hallará amigos y enemigos, aunque lo complicado será descubrir quién es quién. Ángeles caídos de por medio, una lucha de bandos opuestos que se disputan no siempre honorablemente a la jovencita, poco y nada nos develará la historia sobre la importancia de su rol. Sólo llegaremos a descubrir que esta ha sido protagonista de una trama recurrente que viene sucediendo desde tiempos inmemoriales, y cada vez vuelve a terminar trágicamente. Aunque en esta ocasión las cosas han cambiado…
Amor, intriga, misterio, crimen y batallas celestiales… narrado de modo impecable.

Sobre la autora:
Lauren Kate creció en Dallas, fue al colegio en Atlanta, y empezó a escribir en Nueva York. Ha trabajado como editora de literatura juvenil en HarperCollins y hecho un Master of Arts de escritura creativa, experiencia esta última que le permitió dedicarse a escribir y sólo a eso. «Tiempo es uno de los bienes más preciados que un escritor novel puede atesorar —ha declarado—, y yo tuve casi un año sólo para escribir, lo cual es fabuloso.»
Es la autora de Fallen (Oscuros), primera entrega de una serie que constará de cuatro entregas (incluida una precuela) y que va a ser llevada al cine por los estudios Disney. Antes, su primera novela, The Betrayal of Natalie Hargrove, ya mereció los elogios de la crítica.
Actualmente, Lauren vive en Laurel Canyon con su marido, y asegura que le gustaría trabajar en la cocina de un restaurante, tener un perro y aprender a hacer surf.
(Fuente de los datos biográficos: http://www.autorasenlasombra.com/autores.php?id=943)

Halo, de Alexandra Adornetto
Así como no todas las historias de vampiros adolescentes que hemos visto pulular en las librerías tienen la calidad de Crepúsculo, no todas las historias de ángeles caídos son Hush, hush… sin duda.
Todo lo que he dicho de las novelas de Becca Fitzpatrick y de Lauren Kate, olvídenlo en este caso.
Sí, tenemos ángeles rondando la tierra, pero no son rebeldes; sino bondadosas, prejuiciosas, bastante burocráticas y pasivas entidades celestiales que vienen al mundo a hacer el bien (tan incompetentemente como de costumbre) puesto que los malos son más ingeniosos y menos escrupulosos que ellos que atados a las reglas no osan jugarse ni por casualidad.
En este contexto, la “angelita” que romperá los moldes es una joven sin experiencia en encarnaciones previas, que cometerá el atrevimiento de intentar vivir intensamente su rol de adolescente, y cometerá el desvío de enamorarse de un humano y para colmo descubrir su identidad. Lo extraño de la cuestión es que tiene el buen tino de enamorarse del chico perfecto de la escuela, no sólo el deportista estrella, sino el destacado estudiante, hijo modelo y amigo fiel, y por supuesto producto de una ordenada, numerosa y acomodada familia cristiana.
La verdad es que todo lo que en otras novelas juveniles de romance paranormal pudiera ser apasionante, dulce, dramático, misterioso, sorprendente, esta jovencísima autora que es Alexandra Adornetto, logra transformarlo en soporífero, aburrido, moralista y previsible.
Me obligué a continuar leyendo, porque la trama es obvia, evidente, narrada de modo tan denso y cursi, plagada de palabrería inútil propia de la redacción de alguien novato que no sabe pulir, depurar y adelgazar el texto para potenciarlo.
Si el intento fue escribir una fábula que aconseje el “buen camino” a los adolescentes, no encontraron mejor modo de tentarlos con cualquier otra cosa, porque más allá de que soy una de los adultos extremadamente críticos de la cultura que los mismos grandes crean para los jóvenes, e intento a diario generar reflexión, no creo que la solución sea una literatura bobalicona, edulcorada, y atiborrada de eslóganes de propaganda.
Sobre la autora:
Alexandra Adornetto es una joven escritora australiana que escribió su primer libro, El ladrón de sombras, con tan sólo trece años. Ha ganado varios premios de narrativa y en 2006 consiguió el triunfo en una importante competición de oratoria estatal. Ha declarado querer dedicarse a la escritura de manera permanente, tanto con novelas como con guiones, además de labrarse una carrera como actriz.
En 2010 salió a la venta su segunda novela, Halo, en la que sigue en la novela juvenil con la incorporación de ángeles y otros elementos fantásticos.