lunes, 16 de noviembre de 2009

ESTOY DESAPARECIDA.... CORRIGIENDO ENSAYOS (¡pobre de mí!)

FIN DE CURSO ESCOLAR... PADECIMIENTO GENERALIZADO DE ALUMNOS Y DOCENTES HASTA QUE PASA EL MAL TRAGO... PRONTO, PRONTO... LA LIBERTAD

lunes, 2 de noviembre de 2009

Cuando enseñar tiene que ver con el conocimiento...

Nada más ilustrativo que las palabras de Guy Brousseau:

"Corremos el riesgo de pagar muy caro errores que consisten en requerir del voluntarismo y la ideología aquello que sólo puede provenir del conocimiento"

Cuando lucho a capa y espada por didácticas de la Lengua y Literatura diferentes no es una antojadiza o más o menos fundada postura personal, no es que tenga ganas de trabajar más, no es que tenga tiempo libre y por eso me dedique a eso, es que lucho diariamente en la construcción del conocimiento que me permita tomar las decisiones adecuadas para realizar una transposición didáctica pertinente, pues la didáctica es "la teoría [...] de la organización de los aprendizajes de otros, la de la comunicación y transposición de los conocimientos"

A continuación comparto segmentos de una de mis actuales lecturas, que me parecieron magníficos en su claridad y contundencia.

Fragmentos extraídos de:

LERNER, Delia. Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario. México DF, Fondo de Cultura Económica, 2000.

“[…] para concretar el propósito de formar a todos los alumnos como practicantes de la cultura escrita, es necesario reconceptualizar el objeto de enseñanza y construirlo tomando como referencia fundamental las prácticas sociales de lectura y escritura. Poner en escena una versión escolar de estas prácticas que guarde fidelidad a la versión social (no escolar) requiere que la escuela funcione como una microcomunidad de lectores y escritores.”

“Lo necesario es hacer de la escuela un ámbito donde lectura y escritura sean prácticas vivas y vitales, donde leer y escribir sean instrumentos poderosos que permitan repensar el mundo y reorganizar el propio pensamiento, donde interpretar y producir textos sean derechos que es legítimo ejercer y responsabilidades que es necesario asumir.”

“Lo necesario es, en síntesis, preservar el sentido del objeto de enseñanza para el sujeto del aprendizaje, lo necesario es preservar en la escuela el sentido que la lectura y la escritura tienen como prácticas sociales para lograr que los alumnos se apropien de ellas y puedan incorporarse a la comunidad de lectores y escritores, para que lleguen a ser ciudadanos de la cultura escrita.”

“[…]es posible, articular los propósitos didácticos –cuyo cumplimiento es en general mediato- con propósitos comunicativos que tengan un sentido “actual” para el alumno y se correspondan con los que habitualmente orientan la lectura y la escritura fuera de la escuela. Esta articulación, que permite resolver una de las paradojas […] puede concretarse a través de una modalidad organizativa bien conocida: los proyectos de producción –interpretación.”

“El desafío es formar practicantes de la lectura y la escritura y ya no sólo sujetos que puedan descifrar el sistema de escritura. Es […] formar lectores que sabrán elegir el material adecuado para buscar la solución de problemas que deben enfrentar y no sólo alumnos capaces de oralizar un texto seleccionado por otro.”

“El desafío es formar personas deseosas de adentrarse en los mundos posibles que la literatura nos ofrece, dispuestas a identificarse con lo parecido o solidarizarse con lo diferente y capaces de apreciar la capacidad literaria.”

“el desafío es […] orientar las acciones hacia la formación de escritores, de personas que sepan comunicarse por escrito con los demás y consigo mismos, en vez de continuar “fabricando” sujetos cuasiágrafos, para quienes la escritura es suficientemente ajena como para recurrir a ella sólo en última instancia y después de haber agotado todos los medios para evadir tal obligación”

“Es así como se irá abriendo camino para que este conocimiento deje de ser patrimonio de algunos privilegiados que tienen la oportunidad de adquirirlo fuera de la escuela mientras otros continúan creyendo lo que la presentación escolar de la escritura puede llevar a creer: que es posible producir un texto cuando comienza la hora de clase y terminarlo cuando suena el timbre, que es posible comenzar a escribir apenas se ha definido el tema que será objeto del texto, que la escritura ha concluido cuando se ha puesto el punto final en la primera versión, que le corresponde a otro -al docente, no al autor- hacerse cargo de la revisión."

“El desafío es que los alumnos lleguen a ser productores de lengua escrita conscientes de la pertinencia e importancia de emitir cierto mensaje en el marco de determinado tipo de situación social, en vez de entrenarse únicamente como copistas que reproducen -sin un propósito propio- lo escrito por otros, como receptores de dictados cuya finalidad -también ajena- se reduce a la evaluación por parte del docente.[…]

“[…] la presentación escolar de la escritura puede llevar a creer: que es posible producir un texto cuando comienza la hora de clase y terminarlo cuando suena el timbre, que es posible comenzar a escribir apenas se ha definido el tema que será objeto del texto, que la escritura ha concluido cuando se ha puesto el punto final en la primera versión, que le corresponde a otro -al docente, no al autor- hacerse cargo de la revisión.

[…]escribir es una tarea difícil para los adultos -aun para aquellos que lo hacen habitualmente-; sin embargo, se espera que los niños escriban de forma rápida y fluida… Leer es una actividad orientada por propósitos -desde buscar una información para resolver un problema práctico hasta internarse en el mundo creado por un escritor-, pero estos suelen quedar relegados en el ámbito escolar, donde se lee sólo para aprender a leer y se escribe sólo para aprender a escribir…”

“el desafío es, en suma, combatir la discriminación que la escuela opera actualmente no sólo cuando genera el fracaso explícito de aquellos que no logra alfabetizar, sino también cuando impide a los otros -a los que aparentemente no fracasan- llegar a ser lectores y productores de textos competentes y autónomos. El desafío que debemos enfrentar quienes estamos comprometidos con la institución escolar es combatir la discriminación desde el interior de la escuela; es aunar nuestros esfuerzos para alfabetizar a todos los alumnos, para asegurar que todos tengan oportunidades de apropiarse de la lectura y la escritura como herramientas esenciales de progreso cognoscitivo y de crecimiento personal.”

“y si estos cambios profundos se refieren -como en nuestro caso- a la enseñanza de la lectura y la escritura, la resistencia del sistema escolar se agiganta: no sólo estamos cuestionando el núcleo de la práctica didáctica, revisamos también la forma en que la escuela ha concebido tradicionalmente su misión alfabetizadora, esa misión que está en las raíces de su función social.

La versión escolar de la lectura y la escritura parece atentar contra el sentido común. ¿Por qué y para qué enseñar algo tan diferente de lo que los niños tendrán que usar luego, fuera de la escuela?”

“la transposición didáctica es inevitable, pero debe ser rigurosamente controlada. Es inevitable porque el propósito de la escuela es comunicar saber, porque la intención de enseñanza hace que el objeto no pueda aparecer exactamente de la misma forma ni ser utilizado que cuando esta intención no existe, porque las situaciones que se plantean deben tener en cuenta los conocimientos previos de los niños que se están apropiando del objeto en cuestión. Debe ser rigurosamente controlada porque la transformación del objeto –de la lengua escrita y de las actividades de lectura y escritura[…]- tendría que restringirse a aquellas modificaciones que, en efecto, son inevitables. Dado que el objetivo final de la enseñanza es que el alumno pueda hacer funcionar lo aprendido, en situaciones que ya no son didácticas, será necesario mantener una vigilancia epistemológica que garantice una semejanza fundamental entre lo que se enseña y el objeto o práctica social que se pretende que los alumnos aprendan. La versión escolar de la lectura y escritura no deben apartarse demasiado de la versión social no escolar.”

“[…] en el caso de la educación –y a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en el caso de la medicina- no existen presiones sociales que inciten al progreso. La práctica del aula es cuestionable cuando se aparta de la tradición, en tanto que rara vez lo es cuando reproduce exactamente lo que se ha venido haciendo de generación en generación. Este fenómeno […] se expresa muy claramente en el caso de la alfabetización: cualquier estrategia de trabajo que se aleje del consabido ‘mi mamá me ama’, que no respete la secuencia establecida por los métodos fonéticos (incluido el silábico), genera gran inquietud en los padres de los supuestos “conejillos de indias”, inquietud que algunas veces se transforma en resistencia declarada.

Lo ‘nuevo’ preocupa por el simple hecho de ser nuevo –no hace falta averiguar si está bien fundamentado o no-; lo ‘viejo’ tranquiliza por el sólo hecho de ser conocido, independientemente del sustento científico o teórico que pueda tener.[…]

Parece esencial entonces crear conciencia de que la educación también es objeto de la ciencia, de que día a día se producen conocimientos que, si ingresaran en la escuela, permitirían mejorar sustancialmente la situación educativa. Es necesario además dar a conocer […] cuáles son las prácticas escolares que deberían cambiar para adecuarse a los conocimientos que hoy tenemos sobre el aprendizaje y la enseñanza de la lectura y la escritura, así como mostrar los efectos nocivos de los métodos y procedimientos tradicionales que resultan tan “tranquilizadores” para la comunidad, y hacer públicas las ventajas de las estrategias didácticas que realmente contribuyen a formar lectores y escritores autónomos.”